Usa el orujo de la manzana para crear troncos con la misma energía que la madera

“El árbol me da leña todos los años y no lo corto”, sintetiza José Alberto Aramberri sobre su emprendimiento que se ha propuesto generar un producto combustible de origen biodegradable.

José vive en la localidad neuquina de Plottier y hace 12 años creó Biot, una alternativa natural a la leña y el carbón. El veterinario ya jubilado dice que a diferencia de lo que sucede con muchos emprendimiento en Argentina, él no para de recibir pedidos, incluso algunos llegan de otros países, como Chile.

“¿Cómo nació? Yo creo que porque el producto te desafía. Primero averigüé las kilocalorías que tiene el orujo de la manzana y de la pera cuando está seco. Sabía que los lugareños lo usaban para calefaccionarse y cocinar. Entonces mandé una muestra al INTI y nos encontramos que tiene kilocalorías asombrosas, similares al piquillín o al algarrobo”, contó.

Biot nació hace 12 años

El dato era significativo pero la pregunta que se hizo en ese momento también tenía peso: ¿cómo la uso?. El residuo de la fruta es sopa, “un guiso espeso que tiene 80% de agua. Ahí comenzó el desafío”. Es que José debía quitar la humedad sin invertir dinero porque el producto compite con la leña. Hubo, entonces que usar la observación, la experiencia y el ingenio.

Después de varias pruebas, logró crear una máquina que distribuye el orujo en forma de panes para que luego la naturaleza haga el resto. José produce entre 200 y 300 toneladas al año.

«El árbol me da leña todos los años y no lo talo. Eso se valora mucho»

El primero problema que detectó José fue la idiosincracia de la gente del lugar porque está acostumbrada a la leña y al carbón. Un video que salió en un medio internacional permitió que la iniciativa tenga un notable impacto. “Hoy me llueven pedidos y propuestas. Estoy muy satisfecho y orgulloso”, admitió.

José asegura que hay mucho más por hacer con el orujo

Uno de los principales motivos del interés en el producto está basado en cuidado del medio ambiente. Para José hay una franja en la sociedad que va de los 30 a 50 años que ha tomado consciencia sobre el impacto que generan nuestras acciones en el ambiente. Incluso -destacó- hay empresas que están intentando reemplazar el uso del carbón. “Biot es sustentable, viene del árbol, pero del fruto. El árbol me da leña todos los años y no lo talo. Eso se valora mucho”, destacó.

En el proceso para lograr los eco troncos, José recibe primero el residuo de las jugueras y sidreras. Un tema importante es que esos residuos tienen agua. “Eso no me conviene porque tengo que trasladarlo desde la fábrica hasta la chacra con agua y eso paga flete”, explicó. Sabe que -aunque lo deseara- no puede modificar las formas de las fábricas para conseguir un residuo en condiciones más favorables para Biot.

El siguiente paso es amontonar el residuo en la chacra y la máquina permite armar los panes que se distribuyen en el campo. Y van perdiendo la humedad en el contacto con el aire. Luego de explicarlo, José se ríe y dice que parece fácil, “pero cuando otro ya lo inventó”. Y vuelve a reír con fuerza.