Diseñadora creó lencería inclusiva y transformó la vida de personas marginadas 

Maru Arabehety es diseñadora de indumentaria y creó Elle Van Tok, ropa interior que se basa en las premisas de sororidad, humanidad y fortalecimiento de las mujeres. Cuenta que en el camino se encontró con desgarradoras historias de gente que sufre. “Lo que hacemos es como darles un abrazo”, explica. Las bolsas de los productos están hechas de algodón por mujeres en situación de vulnerabilidad social.

Para María Eugenia Arabehety, la convivencia de dolor y amor siempre fue una persistente compañía. “Soy adoptada”, comienza, y así busca explicar la esencia que permitió el nacimiento de su emprendimiento de lencería inclusiva. Confiesa que, además de los valores del hogar, la idea de inclusión estuvo siempre presente en su vida. Elle Van Tok nació con un inmenso bolsón de historias de dolor y aceptó el desafío de cruzar el puente hacia un lugar de respuestas y genuina transformación. “Es una transmutación”, acota Maru y continúa, “mucha gente se siente sola, excluida y marginada por la sociedad. Lo que hacemos es como darles un abrazo”.

El emprendimiento de lencería inclusiva que cumplió ya 5 años y recibió múltiples reconocimientos busca abarcar todo tipo de cuerpo, sin talle estandarizado, sin género binario, sin edad definida. “Hacemos ropa interior basándonos en las premisas de sororidad, humanidad y fortalecimiento de las mujeres” se define en el sitio web. La creadora de Elle Van Tok es diseñadora de indumentaria, fue docente de Historia del Arte y Diseño en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se define, además, como una viajera. Vivió en Polonia y Alemania. “Pasar por momentos duros te hacer ser más empático con el resto”, comenta sonriente luego de un instantáneo repaso por su vida.

Para Maru, es importante –además- que su creación sea sostenible en la mayor cantidad de aristas posibles. Entonces, por ejemplo, las bolsas de los productos están hechas completamente de algodón que realizan mujeres en situación de vulnerabilidad social nucleadas en la cooperativa Kuñá Mbareté (Mujeres Fuertes). “Con Viví Más Verde hacemos las etiquetas con semillas; entonces, cuando sacas la etiqueta de la prenda, la humedeces, la plantas y florece”, describe María Eugenia y aclara que están explorando otros materiales hechos con papas, palta y semillas para nuevas prendas. Es fundamental, considera, las aristas de la integración social y el impacto ambiental en la identidad del emprendimiento.

Durante la vida de Elle Van Tok, se acercaron personas que tienen una vida pública reconocida en la sociedad, y decidieron involucrarse y lucir la savia del emprendimiento, como la actriz y cantante Muriel Santa Ana, la periodista especializada en género, Luciana Peker. “Son mujeres fuertes que admiro mucho y se suman de forma altruista”, apunta. En las redes sociales, por ejemplo, se escurren los elogios de Ivo Colonna, integrante de BIFE, el dúo musical que a través de sus canciones cuestionan con acidez, humor y originalidad todo tipo de prejuicios, estereotipos y la violencia de la cultura machista. “Hacía mucho tiempo que no me ponía una tanga. Y Maru me dijo probara una; sentís que alguien pensó en un cuerpo como el mío y que me queda bien. Me trajo solamente alegrías y disfruto difundirlo”, cuenta Ivo.

En un principio, María Eugenia creyó que su trabajo iba destinado a un nicho, pero con el tiempo se dio cuenta que las personas que están fuera de los talles nacionales representan un 70 % de la población. Entre múltiples reconocimientos, la marca fue finalista del premio “Emprendedor del año 2018”, del Ministerio de Producción y Trabajo; alcanzó también el puñado de destacados finalistas en la edición 2019, y recibió el reconocimiento internacional de la ONG Endagered Bodies (2017 y 2018).

La naturaleza de su emprendimiento alcanza la vida de muchas personas en sus rincones más íntimos. Maru cuenta que en su último cumpleaños lloró mucho. “Una persona que no conocía me dijo que se quería suicidar porque no se gustaba, quería ser mujer, pero había nacido hombre. Dudaba sobre la operación”, recuerda con un inmanejable nudo en la garganta. El emprendimiento que la apasiona es una colección de historias dolorosas, pero existe también una genuina y encendida satisfacción porque esas personas excluidas y marginadas encontraron una respuesta que las consideró. Y reconocen que eso las hizo felices.

Foto Facebook Elle Van Tok