La organización que empodera a mujeres en el Congo cumplió el sueño de Nicole

“Les hicieron creer que no les funciona bien la cabeza. Que solo piensa el hombre. Les meten la idea de que no son capaces. Y cuando ven que pueden, que logran pequeños objetivos, eso se convierte en una motivación para algo más. Se entusiasman con la vida misma”, describe Luisina Crespo desde Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo.

Luisina es cordobesa y fundó Creer en Ellas, una organización social que nació para asistir a mujeres congoleñas que sufren el maltrato y el abandono. La propuesta está centrada en acompañarlas a través la generación de herramientas para lograr el empoderamiento y la reinserción social.

Fruto del trabajo que comenzó en 2017 es Nicole, una joven congoleña de 22 años que hace costura y durante enero viajará a Argentina para continuar con su formación. 

“Trabajamos para que salgan adelante. Y ella fue una de las primeras, trabajó muy duro porque siempre quiso salir de este contexto de machismo y violencia. En este viaje quiere aprender diseño de moda. Vamos a acompañarla durante un año para que vuelva con una mochila más cargada para que sea compartida”, contó orgullosa Luisina.

Las características de la sociedad son adversas para el desarrollo de las mujeres. Para poder estudiar, por ejemplo, hay que pedirle permiso al hombre. Hay variadas manifestaciones de la violencia, y también sucede con frecuencia el abandono, la orfandad. No tienen quién las acompañe. 

Por eso el rol de Creer en Ellas es tan valioso. Les brindan herramientas para estudiar y -sobre todo- se trabaja para que sean conscientes de que pueden diseñar su propio camino. “Es un trabajo de diálogo cultural”, define Luisina y agrega que ellas tienen que entender que no son una cosa y que tienen el mismo derecho que los hombres.

Para la creadora de este espacio, la exigente dedicación en una realidad tan dura es una elección de vida. Más allá de todo, es una tarea -admite- que la hace feliz. Está convencida de que todos somos responsables de construir un mundo mejor.

Percibe que Nicole está nerviosa. Claro, se mezclan muchas emociones y es probable que aún no haya  tomado real dimensión de la experiencia que se viene. “Hay muchas formas de ayudar. Vamos a necesitar, seguramente, un control bucal porque la salud acá es muy precaria. Serán importantes las manos que nos ayuden con ella durante este año”, comentó.

Sobre la posibilidad de que otras mujeres congoleñas estén ya en condiciones de avanzar en un camino similar al que transitará Nicole en Argentina, Luisina señaló que cada joven tiene un proceso diferente. Y por eso desde la organización acompañan de la forma que cada una quiere porque todas tienen un sueño distinto. 

Creer en Ellas apadrina o amadrina a mujeres en los estudios secundarios, trabajan en talleres y formación en oficios para que puedan conseguir trabajo en Kinshasa. Son muchas las historias, “por eso no tenemos una sola fórmula”. 

Nicole es, sin dudas, el mejor fruto del trabajo de la organización. Luisina acota rápido que -primero- es fruto de su dedicación, de ella misma. La joven congoleña de 22 años iniciará en enero la experiencia en Argentina. Dice que quiere aprender todo lo que pueda, está nerviosa y también muy entusiasmada. Para lograr el viaje, fue necesario hacer una transformación fundamental de la mano de Luisina: ella creía que no podía, y eso cambió.

En las redes sociales de Creer en Ellas consiguieron elegir las palabras perfectas para describir el trabajoso camino de Nicole: Fue, vino, trabajó, se formó, se enojó, se amigó, pintó mesas, sembró albahaca, se encargó de la casa, estudió. Tuvo miedos, quiso rendirse, cayó alguna vez, se volvió a levantar. Dudó de sí misma, de nosotras, del amor, de la vida. Y aquí sigue… sembrando, soñando, trabajando, avanzando, pasito a pasito…como dice la canción.