“Este no es un lugar para una mujer”, le aseguró un docente cuando estudiaba. A Pía Torres no le importó. Tampoco cuando vio que el baño para mujeres estaba clausurado en la universidad. Eran apenas dos cuando estudiaba ingeniería electrónica y el camino no fue simple.
Pía nació en Tucumán y es la creadora del proyecto Roboteam que nació para crear más equidad en la participación de las mujeres en el terreno de la tecnología.
Es voluntaria de Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE), una organización técnica internacional que promueve el uso de la tecnología como herramienta para crear soluciones sociales. Y contó que el proyecto Roboteam surgió de un grupo de voluntarios.
La iniciativa se gestó a nivel local con talleres gratuitos de robótica, ingeniería, tecnología para niños y niñas a partir de los 7 años. “Creemos que esa es la edad en la que se rompen los estereotipos, se atraviesan los prejuicios y podemos incluir a las chicas”, contó en el programa de radio Pausa que conduce Vivian “Lulú” Mathis.
La idea es que niños y niñas puedan jugar y aprender conceptos y despertar una educación futura.
Pía admite que siempre fue curiosa y eso la llevó a estudiar una carrera a la que asistían solo dos mujeres. Vio tan pocas durante ese tiempo y luego en el trabajo que se preguntó qué podía hacer para que esos sesgos de género en las carreras técnicas se rompan. “Decidimos entonces hacerlo desde la infancia, con una mirada plural. Además para que no se queden afuera de los trabajos del futuro”, destacó.
Roboteam nació en 2018 y hoy alcanzaron ya a 3000 niñas y niños de entre 8 y 18 años, además de brindar actividades con jóvenes y padres. También sumaron talleres virtuales en Latinoamérica. Cuando se generan vacantes se realizan sorteos o se priorizan a chicas o chicos de sectores vulnerados.
“Mis padres bancaron siempre mi curiosidad. Ellos no pudieron hacer una carrera universitaria pero siempre me inculcaron el valor del esfuerzo, del estudio, la dedicación”, destacó y admitió que se siente una privilegiada. “Mi mamá no tenía baño en su casa. Y hoy yo vivo de mi profesión gracias al esfuerzo de mi familia y al sistema público. Por eso siento que tengo que devolver algo a la sociedad”.
El objetivo de Pía es que los chicos y chicas se hagan preguntas. Y que si se rompe un celular, lo desarme e intente descubrir qué tiene adentro, cómo funciona. Que vayan más allá del lugar del usuario y se desmitifique la idea de que para la ingeniería hay que tener grandes habilidades.
A propósito de las habilidades a incorporar en un mundo de transformaciones, dijo que están vinculadas al pensamiento lógico, de abstracción, a liderar equipos multidisciplinarios. “Yo trabajo con gente de India, Estados Unidos. Es necesario tener la mente abierta, innovadora, creativa y con un espíritu emprendedor que encuentre soluciones a problemas comunes”, definió y agregó que la empatía es un eslabón muy importante.
Pía mira alrededor y asegura que hay mucha gente que se pregunta qué puede hacer para cambiar el mundo.
“La satisfacción de cambiarle la vida a un niño, de marcarle otra posibilidad, vale la pena el esfuerzo. Y la fuerza de voluntad construye proyectos muy poderosos”, aseguró.
La tucumana dice que el sentido es poder ayudar a los que no pudieron subirse al tren de los grandes cambios por cuestiones socioeconómicas. “Ayudamos a los que no pudieron subirse a esta ola de transformación porque no podemos dejar a nadie afuera”.