«Quise llevar esperanza»: enfermero cuenta en un libro la lucha contra el coronavirus

Joan volcó las partes del doloroso retrato pandémico que se habían anidado en su cabeza en un libro. Una forma de exorcizar los demonios de la peste. “En 23 años de enfermero, nunca vi algo igual”, admite aún impactado. La realidad en el Reino Unido es ahora muy distinta. La muerte ya no frecuenta tanto los pasillos de los hospitales.

Joan Pons Laplana es catalán y trabaja en el Hospital de Sheffield, Inglaterra. “Moría una persona cada 60 segundos”, señala con determinación sobre la pesadilla que generó el virus en su segunda ola. La receta fue una restricción estricta y la aplicación de vacunas. Más del 75% de la población ya está vacunada y la catástrofe se fue convirtiendo hoy ya en vida casi normal. Solo existe algo de preocupación sobre la cepa india.

Joan fue uno de los primeros voluntarios en las pruebas para la vacuna contra el coronavirus en la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca. “Acepté la propuesta porque tenía mucho miedo. Había dejado mi despacho de dirección y me puse a trabajar en primaria línea, vi el horror de la pandemia, la soledad, la tristeza”, describe y de su voz se desprenden emociones. Cada vez que se desvanecía la vida de un paciente en sus manos, sumaba una cicatriz en el corazón. 

“Sabía que podía ser el siguiente. Mis compañeros, un día estaban y al otro estaban tumbados en la cama. Yo los cuidaba”, recuerda. El 5 de junio se aplicó la primera dosis, y el 25 la siguiente.

«Quise encender una luz y contar que estábamos haciendo algo para terminar con este virus”

Entre tantas muertes, hubo una que lo impactó especialmente. El paciente que debía ser internado tenía dos hijas, y existió una conversación familiar antes de ingresar a terapia que, admite, nunca pudo borrar. “Tuve un ataque de pánico”, contó. Asistió a la psicóloga del hospital y una de las terapias fue intentar expresar el dolor. Empezó con algunas palabras en un papel, luego frases y en poco tiempo se construyó el primer capítulo.

“Me hizo muy bien transmitir los sentimientos, me sentía culpable por no salvar a los pacientes. Y no permitía entrar a mi mujer a ese mundo y ayudarme. Escribir me ayudó”. El libro se llama Destino y Esperanza y relata la intensa experiencia en la unidad de terapia intensiva del hospital. 

“Quise llevar esperanza a la gente. Encender una luz y contar que estábamos haciendo algo para terminar con este virus”, comentó. 

Joan está convencido que esta pandemia transforma las vidas en un sentido relevante. Considera, por ejemplo, que en nuestra cultura no estamos acostumbrados a hablar de la salud mental, especialmente los hombres. “La figura ideal en España es la del matador, el torero, hay que ser valiente para todo. Y eso es imposible, y más cuando estas frente a una catástrofe”, opinó.

Nunca vio morir a tantas personas. Aprendió a reconocer síntomas que encienden las alarmas para acudir a una terapia. La música, la escritura, un tiempo de relajación, todo sirve. “La lección que aprendí es que lo mas valiente que podemos hacer es pedir ayuda”, aseguró. 

Para Joan, los momentos más valiosos son los que dábamos por sentado antes de la pandemia. “Tenemos que construir una sociedad basada en valores como la amistad, la cooperación. Y no en la avaricia”, dice convencido y agrega que es necesario cambiar. El final de su libro tiene la letra de la canción de John Lennon, Imagine. “Una sociedad sin fronteras, yo quiero que todos se unan a esa visión. Depende de nosotros convertir el sueño en realidad”. 

Por Daniel Pardo (danielpardo1@hotmail.com)

Escuchá parte de la entrevista en la radio 

 


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