Juan Pedro Borrelli se define convencido como un comunicador y un apasionado de la regeneración. Dice que siempre estuvo buscando su propósito y la cuestión social siempre tuvo peso en su juventud.
En 2016 inició junto a su hermano un viaje en bicicleta desde Estados Unidos a Argentina hasta que algo los detuvo. Después de un año y medio se encontraron con una charla TED que se denominó “Cómo reverdecer los desiertos del mundo y revertir el cambio climático” a cargo del ecólogo y ganadero zimbabuense, Allan Savory. En esa exposición, se destaca la tarea de regeneración de los suelos que hacía su padre Pablo en Patagonia. “Ahí nos dimos cuenta del trabajo poderoso que estaba haciendo”, recordó en Pausa, el programa que conduce Vivian ‘Lulú’ Mathis.
Juan Pedro admitió que en ese momento fue consciente de que la ganadería regenerativa tiene el potencial de revertir el cambio climático. “Descubrimos también que el dióxido de carbono que sobra en el aire es el que falta en los suelos del mundo”, apuntó y admitió que ese es el mensaje más potente que encontró en su vida.
Entonces se sumó a Ovis XXI, una emprendimiento de triple impacto con el propósito de promover una regeneración de pastizales en la Patagonia. Comentó que no se habla mucho del tema, pero hay un proceso de desertificación muy importante en esta zona. Incluso hay campos que son abandonados.
“La iniciativa nació con el propósito de generar una transición entre las tierras a un manejo regenerativo”, definió el co fundador de la Escuela de Regeneración y gerente de comunicación de Ovis XXI.
Explicó que se trata de observar y comprender cuales son los pulsos de la naturaleza, cuál es el vínculo que tiene el herbívoro con el pastizal y el suelo en general. Se puede optimizar al máximo esa relación a través de una planificación.
Los animales necesitan pastoreos intensos y descansos largos. “Esos descansos tienen un tiempo de recuperación óptimo. Si vuelve muy pronto a comer esas plantas, se debilitan. Y si lo hacen muy tarde, entran en un proceso de oxidación y se secan”, explicó y agregó que la planificación encuentra ese pulso en cada lugar que tiene su particularidad. Para Juan Pedro, el arte es aprender de las plantas de cada lugar.
El concepto de la regeneración llevó tiempo. “Vemos que se usa mal el término. Nosotros nos paramos en el lugar de la ciencia y los datos. Tiene que ser algo que se pueda medir. De hecho el estándar global nació en Patagonia hace más de diez años”, apuntó.
Para Juan Pedro, la regeneración de tierras fue el primer paso. Después entendió que es una idea aplicable a otras facetas de la vida, como los vínculos.
El camino no es simple, tiene múltiples y exigentes obstáculos. Dice que no hay una toma de conciencia suficiente sobre el momento que estamos viviendo en la relación del hombre con su ambiente. “Creo que tenemos que dejar los discursos fatalistas porque es un mensaje que no convoca”, opinó y continuó: “yo contaría otra historia. Nos falta un buen relato sobre hacia dónde queremos ir y qué mundo deseamos. Eso puede unir voluntades. Nos sorprenderíamos de las coincidencias”.