«Va a ser una revolución en la ciencia»: la historia del médico que descubrió en los intestinos un mundo

Antes de que sus libros se leyeran mucho, Facundo sufrió depresión durante años. Tenía 30 años y volaba bajito. Simulaba. Admite que era un tiempo en el que hacía muchas cosas mal. Dormía poco, consumía azúcar, harinas, alcohol. Se tomaba una ducha fría, dos cafés e iniciaba su trabajo de médico entre guardias de hospital. Cuenta que necesitó un antidepresivo para atravesar ese tiempo pero lo que realmente acomodó su vida fue cambiar la alimentación.

Facundo Pereyra es especialista en medicina interna, gastroenterología y endoscopía digestiva. Nació y se crio en la localidad rionegrina de Cipolletti. “Todos pasamos por un gran sufrimiento que queremos evitar en los demás”, definió en el programa radial Pausa que conduce Vivian “Lulú” Mathis.

Su nombre es fácil de encontrar en cualquier buscador porque en 2022, su libro ‘Resetea tus intestinos’ fue uno de los más vendidos. Luego llegó ‘La vida después del reseteo’.

¿Por qué se dice que el intestino es el segundo cerebro?. “Porque tiene neuronas como el cerebro, neurotransmisores y una conexión directa con el cerebro a través del nervio vago, una vía bidireccional”, explicó y agregó que se está descubriendo que si estas mal de la panza, con un mal funcionamiento intestinal, eso pude generar los síntomas en el cerebro. “Y al deshincharla se nos cura la tristeza, la ansiedad o el insomnio. Es maravilloso”.

Facundo asegura que nuestro cuerpo tiene la capacidad de autoreparación. Aclara que eso no se lo enseñaron en la Facultad de Medicina, lo aprendió en la medicina naturista. Por eso, explica que para reparar el intestino debemos ponerlo a descansar, le sacamos durante 15 días gluten, azúcar, alcohol, mate, café y le damos cosas buenas como magnesio, probióticos, vinagre de manga y lo ayudamos con la gestión del stress y ejercicios físicos.

“Con eso logramos que suceda el reseteo. La microbiota vuelve a estar saludable y el intestino deja de estar híper permeable. De esta forma no filtra más toxinas a la sangre. El 80% de los pacientes refieren mejorías muy notorias. El cambio es impactante”, destacó.

Este trabajo se inició cuando regresó a Cipolletti después de estudiar. Su padre, también médico, había estudiando la relación del intestino permeable con otras enfermedades. Juan Carlos “Cacho” Pereyra ya había indagado en cómo se podía revertir la depresión, la migraña, artritis o psoriasis cuando se curaba el intestino. 

Su hijo fue primero un poco escéptico. “Me encontré que los pacientes me contaban que se habían curado con mi viejo y en ese momento creí que se debía a que él era muy humano, contenedor”.

La curiosidad comenzó a penetrar la vida de Facundo y entonces interrogaba a los pacientes que llegaban al hospital con gastritis o colon irritable. Quería saber si tenían los síntomas del intestino permeable, como hinchazón de manos, hormigueo, falta de energía, inestabilidad anímica. Para su sorpresa, muchos tenían. Empezó a darles una dieta sin gluten, sin azúcar, ni lácteos. Y los citó a los 15 días. “Vi cambios increíbles”, recordó.

La experiencia con una paciente en particular significó un impulso en su trabajo. Carmen llegó al consultorio con hinchazón de panza, apenas podía moverse. Tenía fibromialgia y cargaba una profunda tristeza, por eso tomaba antidepresivos. “Le pregunté si se animaba a hacer una prueba. Me dijo que sí y volvió a los 15 días. Estaba mucho mejor, no lo podía creer. Y al mes, se le había ido todo, estaba feliz”.

Después de ese caso, Facundo se apasionó con el tema y entendió que debía difundirlo. Abrió una cuenta de Facebook, luego lo hizo en Instagram. Y más tarde llegaron los dos exitosos libros. “Calculamos que 3 de cada 10 argentinos tienen intestino permeable”, apuntó.

Ahora tiene previsto publicar dos trabajos en revistas científicas internacionales. Quieren dar el gran paso. “Va a ser una revolución en la ciencia. Estoy seguro”

Piensa que si le tocó descubrir una solución distinta para tantas personas, no puede “dormirse”. “Más cuando uno realmente es sensible a los sufrimiento de los demás. Eso lo heredé de mi viejo: la sensibilidad en la profesión. Ahora mi misión es difundir”, dijo convencido.