“Necesitamos vivir subordinados a las leyes naturales. No hay otra forma”, define como síntesis y absoluto convencimiento Adrián Monjeau, director del departamento de Sistemas Complejos de Fundación Bariloche e investigador del CONICET.
Adrián es el coordinador para Argentina de un modelo mundial de producción de alimentos sanos -de manera sustentable- para toda la humanidad al año 2050. Se trata de FABLE, un proyecto global dirigido por el International Institute for Applied System Analysis (IIASA).
En el país son 40 los profesionales que trabajan en este proyecto y desde la coordinación están en constante contacto con equipos similares de 20 países.
Para Monjeau, la salud es una sola, «se trata de la biosfera». “Una persona bien alimentada le hace bien al ambiente. Y viceversa”, señaló y dio un ejemplo claro: si una montaña es deforestada, el agua trae demasiados sedimentos y las personas que la toman pueden sufrir gastroenteritis. Por lo tanto, entiende que si alguno de los componentes -cuerpo, mente, naturaleza- no funcionan correctamente, falla todo.
Adrián trabaja en modelar escenarios; “contamos la historia del futuro en palabras y números, con datos, gráficos y figuras. Esa información dice qué va a pasar si elegimos un camino u otro. Trazamos trayectorias”.
El investigador que se doctoró en Ciencias Naturales en La Plata y realizó un post doc en Ecología en la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, destacó que «si no modificamos significativamente nuestra trayectoria, el escenario nos lleva a cambios de temperatura inaceptables para la vida tal cual la conocemos hoy».
El objetivo es, entonces, generar un modelo mundial que produzca alimentos sanos para toda la humanidad de forma sustentable al 2050. “Para eso necesitamos que las leyes de la economía se subordinen a las leyes naturales. No hay otra manera”, aseguró.
El sentido del trabajo es conocer con información precisa cuál es el mejor camino para alcanzar los compromisos internacionales, seguir siendo un país productor y exportador de alimentos, generar empleo, cuidar la biodiversidad y las fuentes de agua. Ese mapa cargado de información es presentado a los políticos para que puedan tomar decisiones correctas.
Para Adrián es muy importante generar un mensaje claro y sintético desde la ciencia para los gobiernos y la sociedad. “Primero hay que correr el ego”, aclaró y agregó que hoy existen herramientas dentro de la comunicación para cumplir con ese objetivo fundamental. “Hicimos un visualizador para que los políticos -a través de mapas reales- sepan cuál es el camino para llegar a una situación equilibrada”, explicó.
El desafío de Adrián es alinear a todos los ministerios nacionales en la dirección correcta. Esto se traduce en promover “una economía inclusiva, socialmente justa, que satisfaga las necesidades de bienestar de toda la población de una manera posible ambientalmente”.