“Les cambia la vida”: Viaja a Alaska en motorhome tatuando mujeres que sufrieron cáncer de mama

Importantes mujeres de su familia padecieron la misma enfermedad. Por eso decidió hacer algo. Diego Staropoli tiene su local de tatuajes, Mandinga Tattoo, hace 28 años y hace 8 decidió tatuar mujeres que atravesaron el cáncer de mama.

Después de finalizar su trabajo artístico sanador con la mujer número 1722 en Bariloche, Diego contó cómo fue el inicio de esta historia. “Decidí empezar a tatuar mujeres que atravesaron la enfermedad. Lo que hace el tatuaje es recrear el pezón que perdieron y visualmente se sienten de otra manera. Es una especie de homenaje a las mujeres de mi familia”, comentó.

Define el encuentro con las historias como “fuerte, sanador y emocionante”. El proceso es intenso para él y, por supuesto, para las mujeres tatuadas porque siempre surge una impregnante atmósfera emocional en ese vínculo. “Muchas lo manifiestan cuando ven el tatuaje, otras reaccionan cuando llegan a sus casas porque hubo nervios, incertidumbre”, describió. 

“Es que pueden volver a vivir”, sintetiza y agrega que luego de los tatuajes salen a la calle y quieren mostrarse.

La primera fue Lidia y lo supo varios días después. Fue especial, claro. Diego también tatúa mujeres que atravesaron violencia de género; por ejemplo, tienen quemaduras gravísimas en el cuerpo. Son historias muy impactantes que va absorbiendo durante el tiempo que dura su trabajo.

«Lo que hace el tatuaje es recrear el pezón que perdieron y visualmente se sienten de otra manera. Es una especie de homenaje a las mujeres de mi familia”

Diego, junto a su esposa Elizabeth, y sus hijos Iván (17) y Thiago (11) están recorriendo el país con esta especial tarea. Llevan además una muestra fotográfica sobre el cáncer de mama  y tatuajes sobre cicatrices. Lo define como “un viaje familiar con contenido social que disfrutamos mucho”.

Durante años estuvo esculpiendo el sueño de recorrer el país. Y la pandemia, además, disparó el sentimiento de visitar otros países. Vendieron una casa, compraron el motorhome y la historia empezó a rodar. “El viaje ya está en marcha”, dice orgulloso desde su motorhome y asegura que van a llegar a Alaska, ese es el objetivo. “No es un tema de récord, es un sueño familiar y personal”. 

Los tatuajes sanadores se hacen desde la Fundación Mandinga Tattoo Studio que tiene personería jurídica hace tres años porque “hicimos al revés de todo el mundo. Primero encaramos la acción solidaria y después sacamos la personería”. La fundación también apadrina a 13 escuelas del interior del país y hace entrega de ropas, comida y útiles. 

Este recorrido que comenzó en diciembre del año pasado se nutrió del cálidas manifestaciones de gente que conoce el proyecto social. “Es increíble el cariño que recibimos. Es lo más lindo del viaje”. 

Escucha parte de la entrevista: