Una simple pregunta fue clave en la vida de Olivia cuando tenía apenas 5 años. Luego de ir con el colegio a un espectáculo acuático en Barcelona, le preguntó a sus padres si los delfines volvían a sus casas, como ella. Respondieron que no, que se quedaban en ese lugar para el resto de sus vidas.
Olivia Mandle es una joven activista medioambiental catalana. Con sus 17 años se convirtió ya en una respetada figura por su lucha firme por los derechos de los animales marinos y los plásticos en los océanos. Creó Jelly Cleaner, un utensilio para limpiar los microplásticos de la superficie del mar. La llaman la Greta Thunberg española.
“Cuando fui consciente de la problemática me pregunté por qué nadie estaba haciendo algo al respecto. Decidí en ese momento que algo tenía que hacer; quiero dar pequeños pasos para cambiar el mundo”, admitió Olivia en Pausa, el programa que conduce Vivian ‘Lulú’ Mathis.
El camino para ser escuchada no fue fácil. Contó que para muchos, ella era solo una niña pequeña. Logró conseguir la atención de los demás “siendo pesada”. Golpeó muchas veces las puertas del gobierno de Barcelona hasta que logró que la escucharan. “Me sentía muy frustrada pero afortunadamente perseveré”.
Olivia siempre amó a los animales y disfruta del sanador encuentro con la naturaleza. Si bien es consciente de la magnitud del problema del plástico en los océanos, es optimista. Su lucha está envuelta siempre en esperanza. “En todos los medios nos dicen que no hay futuro. Hay que cambiar esa mentalidad porque si nos unimos y creamos comunidad podemos generar un impacto positivo. Estamos en el mismo barco y tenemos que salvar el planeta”, opinó.
La joven catalana apunta que España es la mayor cárcel de delfines de Europa y ocupa el sexto lugar a nivel mundial. Reunió 150.000 firmas que fueron presentadas en el Congreso para prohibir el cautiverio de delfines. La iniciativa se acercó junto a un grupo de científicos en 2023. Esta legislación ya existe en otros países como Francia.
El optimismo de Olivia no olvida el sombrío panorama que es necesario revertir. “Los mares se están ahogando en plásticos”, asegura categórica y agrega que el Mediterráneo es el más contaminado. Si todavía no hay conciencia suficiente se debe -según su mirada- a la pereza y falta de educación. “En España hay mucho trabajo por hacer, mucha gente tiene puesto un antifaz y no quiere ver la realidad”, apuntó.
La invención de Jelly Cleaner surgió luego de un paseo por una exposición sobre cambio climático junto a sus abuelos en Nueva York. Fue absolutamente inspirador. A partir de ese impulso, creó un utensilio con elementos reciclados y medias viejas de ballet. Son dos botellas exteriores para que flote y una más grande en el centro. El agua se filtra por las medias y los microplásticos y plásticos se quedan en las puntas. Para Olivia no solo es un elemento útil sino también una forma de despertar conciencia.
Para la joven que ya tiene decidido que estudiará biología marina la calidad del mensaje es muy importante. De hecho, considera que los medios de comunicación cuentan los problemas medioambientales de una forma muy negativa. “¿Cuál es el sentido? Hay que decir lo que está pasando, sin filtros, pero no puedes pintarlo tan negro. Si el mensaje fuera que todos podemos hacer un aporte para el cambio, ese cambio sucede”, destacó.
Olivia tiene una seguidora fiel de 92 años, se llama María y es su abuela. Observa siempre con risueña sorpresa sus presentaciones en los programas de televisión. “Es mi nieta”, repite orgullosa en cada aparición. Seguro María está impactada por los preocupantes relatos de su nieta que incluyen plásticos infinitos en mares y delfines en cárceles. También la asombra que la voz de su nieta se esparza con tanta fuerza y nitidez para cambiar el mundo.