Por Lorena Direnzo
Un apasionado de la lectura ideó un Tinder Literario. “Uno de estos libros puede ser tuyo”, así abre la plataforma Pila de Libros que hoy tiene 50 mil ejemplares disponibles. Los lectores ofrecen lo que tienen en su poder y buscan otros materiales que les interesan. Si hay “match” (no amoroso) se produce el intercambio.
El espíritu es que leer no sea un privilegio que está atado a la posibilidad del bolsillo sino un derecho para todos. Desde León Tolstoi hasta Isabel Allende. Mariana Enríquez, Laura Restrepo, Julio Cortázar, Simone de Beauvoir, Adolfo Bioy Casares, Gabriel García Márquez, Margaret Atwood, Stieg Larsson. Y muchos más. La lista es variadísima. A lo largo de los últimos cuatro años, se generaron 180 mil intercambios. Alrededor de 2.500 canjes por mes -aunque el número varía-.
La iniciativa germinó a fines del 2020, cuando las medidas impuestas por la pandemia del Covid-19 se flexibilizaron. El intercambio de libros entonces fue una excusa no solo para los amantes de la lectura sino para promover el encuentro cara a cara con desconocidos que compartieran un mismo interés y quizás, hasta un café.

Lo que, en principio, fue un canje se convirtió en una plataforma. «Te creas un perfil, subís los libros que tenés para intercambiar y otras personas hacen lo mismo. La aplicación los contacta para que puedan avanzar en el intercambio», explica Ignacio «Nacho» Damiano, licenciado en Letras y periodista literario, el ideólogo de Pila de Libros.
Nació en 1981 en Buenos Aires y asegura que «cuando se despertó su voracidad lectora, tardaba menos en leer un libro que en conseguir el dinero para comprar uno». Siendo adolescente, empezó a frecuentar las ferias de compra y venta de libros usados, incluso las ferias de canje los domingos en Parque Centenario o Rivadavia.
«Estudié Letras y los libros siempre circularon en mi círculo cercano, pero a la vez, nunca fueron objeto de atesoramiento. Siempre fui de esa idea», revela este hombre de 42 años que dicta talleres literarios, coordina mesas redondas y participa como jurado en concursos de literatura.

Se le ocurrió promover el canje a través de Instagram para aprovechar la tecnología. La prueba, recuerda, fue un viernes. Su posteo simplemente decía: “¿Qué libro estás dispuesto a dejar ir? Si a alguien le interesa responda por cuál lo cambiaría”. Ese primer mensaje generó alrededor de 500 comentarios. A la semana siguiente, repitió la consigna que motivó 1.000 mensajes. Y luego, una vez más, y fueron 1.500.
Así nació la idea de armar un sistema más eficiente y útil que hoy tiene 15 mil usuarios de 12 países, todos de habla hispana. Si bien la lectura es un acto solitario, Damiano logró crear una comunidad que comparte una misma pasión. Lo sabe. Esta plataforma es la primera de su tipo a nivel mundial, desarrollada íntegramente en Argentina. “Cuando uno arranca un proyecto de estas características, si no tenés una expectativa alta no arranca. Después se trata de administrar la ansiedad. Uno va cometiendo errores y va corrigiendo sobre la marcha”, afirma.
Ahora se prepara para el próximo paso y la idea es sumar al intercambio de libros, una reestructuración con más funcionalidades propias de una red social para que los lectores puedan conectarse entre sí, ofrecer reseñas de libros e incluso, puntuarlos.

Damiano se muestra sorprendido por la calidad y la variedad de libros que se suben a la plataforma. “Podía pasar que la gente subiera aquellos libros que le sobraban o enciclopedias viejas o el manual del lavarropas. Y no había mucho por hacer. Pero se entendió que cuanto mejores sean los libros que se ofrecen, a mejores materiales se accede. Y la variedad es alucinante”, dice.
Reconoce que, a veces, algunos libros tienen un valor emocional porque lo regaló una persona especial o se leyó en un momento determinado o “es una obra que te toca el corazón, pero lo cierto es que esto no pasa con todos los libros que uno tiene”. “Entonces, ¿para qué guardarlos? Uno guarda cosas que quizás a otra persona le encantaría. Y uno puede conseguir otro a cambio”, señala. Y recuerda que tiempo atrás, recibió un mensaje de alguien que le decía estar contento por “haberse sacado de encima Cien años de soledad y haber conseguido Ficciones de Borges que hacía mucho tiempo que buscaba sin éxito”.
Paralelamente, recibió otro mensaje destacando que “había entregado Ficciones, pero había conseguido la novela de Gabriel García Marquez”. “Lo que para alguien es una joya, para otra persona es un libro que no lo conmovió. Se trata de buscar el lector ideal para cada libro”, define.

El ideólogo de la iniciativa resalta que, de esta forma, también se forjan relaciones de amistad e incluso de pareja. “Si hay una persona a diez cuadras de tu casa con intereses similares a los tuyos, seguramente, un café te vas a tomar y así conociste a un nuevo amigo lector”, aseveró. Puso como ejemplo a una pareja que se formó a partir de la aplicación que recientemente tuvo un bebé.
Aclara que Pila de Libros tiene “muchos tentáculos” como por ejemplo una comunidad de WhatsApp con 7000 integrantes. La aplicación dispone de dos modalidades. Por un lado, la gratuita permite subir dos libros y concretar hasta dos intercambios por mes. La versión paga habilita intercambios y cargas ilimitadas y ofrece descuentos en editoriales, librerías y talleres.