Cuando nació, los médicos les dijeron a sus padres: “esta nena no va a poder caminar”.
Le diagnosticaron una condición rara, artrogriposis múltiple congénita. Recibió 15 cirugías y mucho amor. No solo caminó, también estudió e hizo deportes. “Un diagnóstico nunca es un destino”, asegura Daniela Aza.
Daniela es licenciada en Comunicación Social y se dedica a «inspirar, motivar y educar» con su historia. La influencer de la inclusión lo hace a través de Shine Bright (@shinebrightamc) en Instagram. “¿Qué soy? Un montón de cosas. Estoy marcada por la propia huella, por todo lo que viví”, definió en el programa Pausa que conduce Vivian Mathis.
Su condición compleja afecta las articulaciones y genera contracturas. Tiene 38 años y en el momento del diagnóstico no existían las herramientas de hoy. Dani se ocupó de desafiar los obstáculos.
Su familia fue importante en el camino. Siempre la hizo sentir capaz, cuando las cosas eran muy complicadas y Dani pensaba que no podía salir adelante. “Fue en equipo”, definió y agregó que después de estudiar quiso contar su historia en las redes sociales porque no había nadie que la representara. Por qué no hacerlo, se preguntó.
Admite que nunca pensó que iba a llegar a tanto y sonríe. “Eso sí, tuve que ser valiente para afrontar esa idea de ‘no podes’ que tiene la sociedad. Te etiquetan y tenes que ser fuerte para desafiarlo”, dijo.
Recuerda la intervención en su vida de una kinesióloga de carácter fuerte. Dani caminaba con ortesis y no se animaba a dar los pasos. “Un día me dice que camine en la calle y yo pensaba ‘pare, señora’. Siempre le agradecí porque ella me veía capaz. No dudaba de mí, eso es importante”.
Daniela está convencida de que las familias cumplen un rol muy importante. Hay algunas que limitan a las personas con discapacidad. O sin discapacidad. Dice que algunos estereotipos, por suerte, se están deconstruyendo. Y destacó que su familia la contuvo, pero no la retuvo.
Un día planteó que quería hacer su vida sola y no la limitaron. Recuerda una anécdota con una sonrisa. Fue cuando planteó que quería salir sola a la calle, aunque sea dos o tres cuadras. Silvia y Jorge aceptaron con una lista de recomendaciones. “Estaba tan feliz de la vida con tan poco. Muchos años después me enteré que mi papá se había escondido y me siguió. Nunca me di cuenta”.
Otro capítulo importante en su vida fue su pareja. Hace 17 años inició una relación con Jonathan, su actual marido. Llevan 5 años de casados.
Daniela considera que la discapacidad tiene que ver con la persona, aunque mucho más tiene que ver con la sociedad y con las barreras que se levantan en su entorno. “Sin barreras, su vida es mucho mejor. Y hoy la persona con discapacidad no es parte de la sociedad. Se piensa que tiene un problema y en realidad, el problema lo tiene la sociedad porque no genera las condiciones para incluirlo”.
Además, entiende que la idea de inclusión tiene sentido desde la convivencia y la empatía. Todos somos únicos y tenemos nuestro potencial. “¿Si me molesta que me admiren?. No, no me moleta. Pero mientras lo haces, incluime”.