Investigadoras desarrollaron un cuero ecológico a base de hongos 

Laureana Guerra nació en El Bolsón y hace tres años vive en Rosario. Es licenciada en biotecnología y está convencida de que es necesario  para beneficio del planeta que surjan más materiales ecológicos que reemplacen a los tradicionales. Hace 2 años descubrió el fascinante mundo de los hongos y se enamoró.

Por eso, cuando se presentó el proyecto, no dudó. “Fui una de las que dijo que emprendamos el camino”, recordó y contó que todo nació cuando el año pasado se acercó un grupo de emprendedores al Instituto de Proceso Biotecnológicos y Químicos de Rosario, dependiente del CONICET. Plantearon la necesidad de revalorizar el orujo de uva. 

“En ese momento se nos ocurrió hacer un biomaterial con características similares al cuero, utilizando el micelio del hongo”, contó. El equipo de investigación está integrado, además, por Diana Romanini, María Rocío Meini, Camila Ponce De Leon, Dana Piazza, Adriana Clementz, Natasha Melnichuk. 

Laureana Guerra

El hongo que protagoniza este proyecto es el Ganoderma lucidum, conocido también como Lingzhi en China, y en Japón como Reishi (“Hongo Divino”) o Mannentake (“Hongo de los 10.000 años” o “de la inmortalidad”). Este hongo ha sido reverenciado en Oriente durante miles de años por su reputación medicinal.

Laureana mencionó que crece en los árboles y tiene una forma de plato naranja. El micelio del hongo es muy resistente, por eso es tan atractivo para utilizarlo en biomateriales. El equipo de investigadoras comenzó a probar el orujo de la uva como alimento para el crecimiento del hongo. “El verdadero cuerpo del hongo va por adentro de los arboles o debajo de la tierra”, explicó. 

El trabajo más complejo es lograr que “los pelitos que se entrecruzan y forman una estructura similar a la goma no se mezcle con el orujo, trabajamos para que queden separados”. Luego existe un proceso de secado del micelio y un tratamiento especial para darle mayor durabilidad. 

Ganoderma lucidum

Laureana está orgullosa del proyecto porque significa un aporte concreto para mejorar el contexto medioambiental. “Es importante generar un material nuevo que puede ser biodegradable, no como otros materiales. Y va a generar productos de indumentaria, billeteras, camperas, carteras. Va a reemplazar a muchos de los textiles en una industria que es muy contaminante”. Y también -acotó- contiene la reutilización del residuo porque el orujo de uva se tira en los campos y contamina el ambiente. 

El proyecto es financiado a través de subsidios y el trabajo en conjunto con empresas. Laureana espera que en un futuro no muy lejano estén disponibles los productos para vender. Los pasos inmediatos están vinculados a mejorar algunos aspectos del proceso y continuar el diálogo con inversores para lograr que los productos lleguen al mercado. 

De acuerdo a la tradición China, el hongo Ganoderma lucidum también es conocido como el “milagroso zhi” o “hierba auspiciosa”, y usualmente se lo considera como un símbolo de augurios felices y como una fuente de buena fortuna, salud, longevidad, y hasta inmortalidad.

Se percibe con nitidez el entusiasmo de Laureana cada vez que describe las aristas del proyecto. Y repite que es necesario que surjan más materiales de este tipo que reemplacen a los tradicionales. “El hongo tiene muchas propiedades. Son muy esperanzadores los desarrollos que ya existen, y hay muchas cosas más para seguir descubriendo”. 

Escucha parte de la entrevista radial