El experimento de una psicóloga: qué nos sucede si pasamos 30 días sin celular

Por Daniel Pardo

Clara Oyuela es psicóloga y, en su libro “Crónicas de una abstinencia”, dejó plasmada una experiencia intensa que inició en 2018. Durante 30 días, dejó su teléfono celular apagado en un cajón. Se comunicó por mail o por mensajes de texto a través de un móvil antiguo. Los primeros días fueron muy incómodos.

Clara admite que atravesó sensaciones extrañas y que, luego de algunos días, pudo disfrutar del experimento. “Mi ansiedad empezó a bajar mucho y empecé a sentirme más contenta. También estuve más conectada con mis hijas y, al no tener el teléfono, la noción del tiempo cambió. Pasaba todo más lento”, contó.

Unos años después, repitió la experiencia, pero solo por tres días. “Me costó mucho más”, asegura, y dice que entendió que los momentos personales pueden influir en la forma en que se vive la desconexión. “Esos 30 días estuvieron llenos de matices. Me hice trampa, pero no viví los picos de ansiedad y esos síntomas de abstinencia cuando lo hice después, por tres días”, recordó.

La experiencia vivir sin celular la trasladó a alumnos neuquinos

En 2023, Clara replicó el experimento de guardar el celular durante unos días con 16 adolescentes de una escuela en San Martín de los Andes, y también con 20 adultos. Uno de los jóvenes compartió que su papá le dijo que estaba más presente en la familia, que se lo notaba más contento. En cuanto a los adultos, la psicóloga recordó que una de las madres comentó que estuvo más atenta a hidratarse. “Estamos hablando de algo que tiene síntomas de adicción”, subrayó.

“¿Qué se puede hacer? Muchas cosas. El problema es muy grande, pero las posibles soluciones son sencillas, las tenemos a mano

La psicóloga, nacida en Buenos Aires, eligió hace diez años San Martín de los Andes para vivir junto a sus hijas Azucena y Miranda. Es autora de los libros Una flor en las estrellas, Crónicas de una abstinencia y La Luna más bonita. En 2023 brindó una charla TEDx en Bariloche, en la que reflexionó sobre la importancia de encontrar un equilibrio saludable en nuestra relación con la tecnología para mejorar el bienestar emocional. Además, se refirió a la necesidad de establecer límites a los niños frente al riesgoso terreno de las pantallas.

En 2023 se presentó en las charlas TEDxBariloche

La difusión del trabajo de Clara despertó el interés de otros profesionales, lo que derivó en la conformación de equipos con personas que comparten su mirada sobre la relevancia del tema. Más allá de eso, ella considera que su trabajo es muy solitario. “Es uno de los grandes temas en el terreno de la niñez y la adolescencia, y no se trata con la seriedad, importancia y gravedad que tiene, por las consecuencias que puede provocar”, apuntó.

Para Clara, la gran pregunta que nos debemos como sociedad es: ¿cuál es la edad conveniente para que una persona acceda a su primer celular? En los talleres que brinda, suele encontrarse con testimonios de adolescentes sobre acoso en las redes sociales. “Los riesgos son enormes. Es el acceso a la pornografía a partir de los 10 años, el acoso sexual. En algunos casos se puede prevenir, y con el acompañamiento de adultos se puede bloquear; pero en otros casos, los niños están a la deriva”, comentó.

Es importante que este intenso vínculo de niños, niñas y adolescentes con las pantallas esté en la agenda de salud pública. La ansiedad es una pieza visible en este juego. “Yo misma lo vivo todos los días, cuando paso mucho tiempo con el celular: lo puedo sentir en el cuerpo, en mi cabeza. Imaginemos a un niño que está en pleno proceso de desarrollo, en donde la capacidad de regularse está en pleno aprendizaje”, señaló.

Clara destacó la decisión de Australia de prohibir el uso de redes sociales a menores de 16

Un cerebro inmaduro está mucho más expuesto a padecer ansiedad. Y no solo eso, apunta Clara: también depresión, irritabilidad, caprichos desmedidos, pérdida de motricidad fina, falta de concentración y trastornos en el lenguaje, la imagen corporal y el sueño. “Es muy delicado”, advierte.

“¿Qué se puede hacer? Muchas cosas. El problema es muy grande, pero las posibles soluciones son sencillas, las tenemos a mano”, aseguró la psicóloga, quien aclaró que, para eso, hay que ser valientes y creativos. Además, destacó el caso del primer ministro de Australia, Anthony Albanese, quien decidió prohibir el uso de las redes sociales a menores de 16 años. Afortunadamente —reflexiona Clara— existen mandatarios con la capacidad de atender las problemáticas sociales de la época.

Australia le dice “basta” a las redes sociales para menores de 16 años

A partir del 10 de diciembre de 2025, las redes sociales más populares deberán restringir el acceso a menores de 16 años en Australia. YouTube, TikTok, Instagram, Facebook y X (antes Twitter) estarán obligadas a implementar sistemas eficaces de verificación de edad, con el objetivo de proteger a los adolescentes de contenidos nocivos y crear entornos digitales más seguros.

La medida fue impulsada por el Gobierno australiano como respuesta a la creciente preocupación por el impacto de las plataformas en la salud mental de niños y adolescentes. Según informó la ministra de Comunicaciones, Anika Wells, la normativa se aprobó “en nombre de los padres que desean y merecen una mayor protección para sus hijos en línea”.

“Queremos que los niños sepan quiénes son antes de que las plataformas los asuman”, declaró Wells, al tiempo que señaló que YouTube es la red más mencionada por menores como fuente de daño emocional, con cuatro de cada diez niños australianos que lo identifican como la causa más reciente de malestar.

primer ministro de Australia, Anthony Albanese. Foto: RNZ

El nuevo marco legal obliga a las empresas tecnológicas a verificar la edad real de cada usuario, algo que hasta ahora no era obligatorio. Las plataformas deberán bloquear la creación de cuentas por parte de menores no autorizados, y evitar que puedan acceder al contenido sin supervisión adulta. Las compañías deberán cubrir los costos de estas herramientas de control, las cuales también deberán respetar la privacidad de los datos sin perder eficacia.

El Gobierno anunció que habrá evaluaciones periódicas para medir el funcionamiento de los sistemas y se aplicarán sanciones en caso de incumplimiento.

Durante la presentación de la medida, la ministra Wells fue enfática: “No me dejaré intimidar por amenazas legales cuando esta es una lucha genuina por el bienestar de los niños australianos”. En su mensaje, aludió a las presiones de las grandes tecnológicas que cuestionan la viabilidad de aplicar controles más estrictos sin vulnerar el acceso libre a internet.