La palabra que Nicole repite para describir el momento que está viviendo es ‘emoción’. Piensa que quizás sea porque nació bajo un signo de agua, Piscis, y las emociones están siempre a flor de piel. También puede ser porque hoy le toca el privilegio de ver los frutos de un trabajo inmenso.
Nicole Fusilier es una de las 8 personas seleccionadas por Abanderados, el premio anual que reconoce la tarea solidaria que transforma realidades en Argentina. Este grupo fue seleccionado entre 800 postulantes. Y el 31 de octubre se descubre al ganador.
Nicole es la responsable de darle vida a Una sola familia, una organización que trabaja desde 2010 en los parajes rurales de Santiago del Estero con el sentido de garantizar el pleno acceso a la salud y a la educación. Las actividades se desarrollan con jóvenes profesionales de distinta disciplinas y los vecinos y vecinas de las comunidades.
Todo comenzó en 2008 cuando Nicole viajó por primera vez al paraje Árbol Blanco y se sintió impactada por las carencias del lugar. El contraste con la realidad que ella conocía era un abismo perturbador.
“Están cambiando la historia porque ellos sí están terminado el secundario y algunos se están proyectando como profesionales. En un momento fue un sueño y hoy es realidad”
Recuerda dos paisajes que la movilizaron especialmente. “La falta de acceso a derechos básicos como el agua, la energía eléctrica. Y también el respeto por la bandera. Siempre me voy a guardar ese momento”, contó y mencionó a la ex directora de la escuela del lugar, Josefa ‘Pepa’ Luna que siempre le transmitió el amor por la educación.
Cuando se emociona, la primera idea que se cuela por el nudo de su garganta es el esfuerzo de tantos años. El trabajo que comenzó en Árbol Blanco se extendió con el tiempo a Sachayoj, Quimilí y los Pirpintos.
Dice que los protagonistas son los chicos y chicas de las comunidades rurales de Santiago del Estero. Recuerda que cuando empezaron este trabajo contaban que sus padres no habían terminado el secundario. “Están cambiando la historia porque ellos sí lo están terminado y algunos se están proyectando como profesionales. En un momento fue un sueño y hoy es realidad”, destacó.
Una sola familia logró instalar antena de wifi, construir una salita médica, una biblioteca, un aljibe, una sala de apoyo escolar. Aunque -admite- lo más difícil es mostrar la transformación en las personas. Al principio, la mayoría de las madres no la miraban a los ojos y hoy son el motor del trabajo que realizan. Son las que impulsan y luchan por avanzar siempre un paso más.
En febrero de este año conocieron Mar del Plata y Buenos Aires. Lograron cumplir un gran sueño y eso la vuelve a emocionar a Nicole. Cuando finalizó la experiencia, cada uno contó que se llevaba del viaje. Y Guada -que conoció la cancha de Boca, el club de sus amores- dijo que entendió que “no necesitas de plata para tener un gesto lindo con alguien.
Actualmente, la organización acompaña a 127 estudiantes de primaria y secundaria con la ayuda de docentes y voluntarios. Cinco integrantes lograron terminar su escolaridad y ya están recibiendo acompañamiento en el nivel superior.
Si bien asoman hoy las satisfacciones, el camino fue muy exigente. “Queríamos resolver tantas cosas pero te das cuenta que no podes con todo”, reconoció y mencionó el valor que tiene confiar en el proceso. El trabajo fue a largo plazo, “nosotros sembramos una semilla en cada uno de los chicos. Y fuimos regando”. Para ella se trata de confiar en que lo que están haciendo vale la pena.
El cansancio acumulado está impregnado de experiencias y le dibuja una sonrisa de orgullo; admite que recibe más de lo que da. Y se emociona una vez más la pisciana empedernida con vocación de cambiar el mundo.
(Podes votar a Nicole en www.premioabanderados.com.ar. Mira el video)