Seúl derribó una autopista para recuperar un río: cuáles fueron los beneficios

Una decisión del gobierno de Seúl en 2003 provocó una saludable transformación en la ciudad. Utilizó la naturaleza para bajar sus temperaturas. El protagonista de la historia es Cheonggyecheon, un río que recorre 5,8 kilómetros en el centro de Seúl.

En la década de 1950 sucedió un intenso proceso de asentamientos informales a lo largo de las riberas del río por el flujo de inmigrantes. Esto provocó que el río se contaminara. En 1958 se decidió cubrirlo de hormigón y en 1970 se construyó una autopista de 16 metros de ancho. 

En ese momento se interpretó la medida como un ejemplo de la exitosa industrialización y modernización de Corea del Sur. Sin embargo, a fines de 1980 la congestionada autopista fue apuntada como la causa de la mala calidad del aire y la degradación ambiental. 

En 2003, el gobierno metropolitano liderado por Lee Myung-Bak, alcalde de Seúl en aquel momento y luego presidente de Corea del Sur, decidió suprimir la autopista y restaurar el río. El proyecto de renovación urbana de Cheonggyecheon fue contemplado como una oportunidad para mejorar el medio ambiente, la movilidad, el espacio público y el desarrollo económico al mismo tiempo.

Las autoridades estimaron que si eliminaban la fuente de congestión, contaminación y tensión ambiental en el corazón de Seúl, y creando en su lugar un espacio para la actividad económica con un centro de negocios, finanzas y otras industrias de servicios, se cambiaría la tendencia de desvalorización del suelo en el Distrito Central de Negocios.

Limpiar el curso de agua requirió de la construcción de estaciones de bombeo para llevar agua desde el río Han, ya que el curso del Río Cheonggyecheon estaba casi seco. Para hacer frente a la falta de espacio público, el proyecto creó un parque lineal que abarca alrededor de 400 hectáreas.

Fueron construidas redes de vías peatonales para conectar ambas orillas del río con las instalaciones culturales cercanas. Los puentes históricos Gwanggyo y Supyogyo fueron restaurados y las actividades culturales tradicionales, como el Festival de los Faroles se han revitalizado. El proyecto comenzó en julio de 2003 y se terminó en octubre de 2005 con un costo de USD 367 millones. Hoy en día se estima que reporta beneficios sociales por valor de USD 3,500 millones de dólares.

Para implementar el proyecto, el Gobierno Metropolitano de Seúl estableció varias organizaciones con misiones claras y responsabilidades definidas. Estas incluyeron, entre otras, el centro de control del Proyecto de Restauración Cheonggyecheon para la gerencia y coordinación general del proyecto; el grupo de Investigación para la Restauración de Cheonggyecheon para la preparación del plan de renovación urbana; y el Comité Ciudadano del Proyecto de Restauración de Cheonggyecheon para la resolución de conflictos entre el Gobierno Metropolitano de Seúl y las asociaciones empresariales locales.

Cheonggyecheon es en la actualidad un espacio de recreación popular entre residentes y turistas. En los tres años siguientes a la finalización del proyecto, fue visitado por 70 millones de personas. El número de empresas y oportunidades de empleo en la zona del corredor Cheonggyecheon se ha incrementado y los valores inmobiliarios han aumentado el doble que las tasas de otros lugares de la ciudad.

La movilidad alrededor de Seúl ha mejorado con cerca de 170.000 viajes menos en automóvil cada día, el aumento del 4,3% y 1,4% en usuarios de metro y autobús respectivamente, y la creación de itinerarios peatonales.

La calidad del aire ha mejorado como se muestra en la reducción de partículas pequeñas en el aire de 74 a 48 microgramos por metro cúbico. Las temperaturas en la zona han disminuido hasta en 5C debido a la disminución del tráfico, la proximidad de agua fría, y el aumento del 50% en las velocidades medias del viento después de la supresión de la autopista. Esto ayuda a minimizar el consumo de energía.