Los Gauchos del Mar desafiaron olas de la Antártida para impulsar la conservación marina

Por Daniel Pardo

Los Gauchos del Mar, Joaquín y Julián Azulay, surfearon las olas de la Antártida porque hay algo relevante que contar. Esa intensa experiencia fue retratada en el documental Antártida – Dominio 1. La historia de esta película comenzó hace tres años. 

Joaquín y Julián son hermanos y hace 15 años decidieron unir el amor por el surf con mensajes  que, a través de películas, buscan generar conciencia sobre la importancia de proteger ecosistemas de alto valor ambiental. Las expediciones recorrieron el mundo y en esta oportunidad se anclaron en el lugar más austral del planeta. “Viajamos a la Antártida para ayudar a que Dominio 1 se convierta en área marina protegida”, contó Julián. 

Las áreas protegidas son muy importantes para mitigar el cambio climático y regular actividades humanas como la pesca concentrada. 

La experiencia fue muy intensa en la Antártida

Los Gauchos del Mar contaron con la valiosa asistencia del Dr. Rodolfo Werner, biólogo marino, asesor científico y miembro fundador de la Antarctic Wildlife Research Fund con sede en Oslo, Noruega. “Hace más de 20 años que trabajo en este terreno. Es muy importante llegar a la gente para que se informe sobre la Antártida”, señaló y agregó que hace tres años se pusieron en contacto con los hermanos Azulay para darle forma al documental. 

Julián dijo que Rodolfo los guió en la elaboración del guión para que la película no sea solo de aventuras, sino también garantice con precisión el mensaje de conservación. La película, narrada por el reconocido actor argentino Ricardo Darín, cuenta tres historias entrelazadas. “La de Rodolfo, la nuestra y la de Manuel Novillo, un joven biólogo que trabaja en la Antártida analizando peces. La verdad es que el documental tiene mucha fuerza”, sintetizó. 

“El proyecto de la creación del área marina protegida es impulsado por Argentina y Chile que integran la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. Las decisiones se toman por consenso entre 26 países y la Comunidad Europea”, explicó y subrayó que a lo largo de los años han recibido un bloqueo sistemático de Rusia y China en la mesa de  las negociaciones. Por eso, entiende, es tan importante darle visibilidad al tema para que la gente pueda generar presión y así colaborar en la conservación marina. 

La expedición se centró en explorar, documentar y surfear en las Islas Shetland del Sur y la Península Antártica

“Estando en la Antártida, te das cuenta de lo pequeños que somos”, reflexiona Julián sobre algunas esencias de la expedición. Contó que navegaron en un velero de 60 pies que lucía como una cáscara de nuez ante tanta inmensidad natural. Atravesaron tormentas con vientos de 90 nudos que provocaron situaciones riesgosas. “Muchas veces le preguntamos a nuestro capitán: y ahora, ¿qué hacemos?”, recordó entre risas. 

Para Julián fue impactante ver la evidencia de los efectos del cambio climático. “Lo vimos con nuestros propios ojos”, apuntó y mencionó que los glaciares se están retrayendo y se observa la tierra donde crecen pastos y musgos. De hecho, durante el recorrido descubrieron hongos. Cuando se lo contaron a Rodolfo -que viaja a la Antártida todos los años- le costó creerlo. Es evidente la aceleración del cambio del clima. 

Rodolfo coincidió en que la situación es preocupante, y explicó que existe una retracción del hielo marino que se forma durante el invierno. Esto tiene consecuencias importantes. Por ejemplo, en el ciclo de vida del krill -un pequeño crustáceo- que es la base de la red trófica del sistema antártico. “También vemos el aumento de las precipitaciones. En vez de caer en forma de nieve, moja a los pichones de pingüinos que tienen un plumón preparado para el frío pero no para el agua”, señaló. 

Para Julián, el surf es un deporte que te enseña lo que significa enfrentar la grandeza y la belleza de la naturaleza.

La propuesta de Área Marina Protegida del Dominio 1 incluye dos zonas. Una es la de Protección General que cubre dos áreas biológicamente ricas, los estrechos de Bransfield y Gerlache. En esta zona se prohibiría la pesca de krill en áreas de alimentación costeras de los depredadores antárticos. La otra es la zona de Pesca de Krill, que permitiría la pesca comercial del crustáceo para los países miembros, bajo la gestión de medidas de conservación de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. 

Los hermanos Azulay se dieron cuenta del potencial de su mensaje en 2015, en una expedición a la Península Mitre, ubicada en el sureste de la isla Grande de Tierra del Fuego. Julián la describe como un área prístina, deshabitada. Solo un par de paisanos son los cuidadores que decidieron estar ahí con sus perros y caballos. “Nuestra motivación fue salir a buscar olas y descubrimos una causa que estaba archivada en la Legislatura”, comentó. Se trataba de la creación de un área natural protegida. Los hermanos documentaron la experiencia y fue presentada en Netflix, lo que ayudó a darle visibilidad a la causa. “Hoy la Península Mitre está resguarda por ley. Ahí supimos que podíamos ayudar con los documentales”, destacó satisfecho. 

La película Antártida – Dominio 1 se está presentando en distintas localidades de Argentina y el mundo. Julián y Rodolfo se muestran orgullosos del trabajo. Coincidieron también en destacar la participación en la narración de Ricardo Darín. Rodolfo contó que cuando se encontró con el destacado actor le preguntó por qué había aceptado una propuesta como esta, cuando seguramente tiene la agenda completa de compromisos importantes. La respuesta lo sorprendió, para bien. “Cuando me llega un proyecto que sirve para moverle la mente a la gente, yo estoy”, le dijo y sonrieron.