Gustavo Vinacua vive Madrid aunque su carta de presentación siempre es la Patagonia. Nació en Rosario aunque residió una buena porción de su vida en Bariloche.
Admite que disfruta de los inviernos luminosos que ofrece la capital española. Y de la gente que es tan hospitalaria. Su pasión se anuda entre lazos de mundos que antes podían presentarse lejanos: empresas y la sostenibilidad.
Su tarea es trabajar con emprendimientos para que aborden las necesidades sociales y planetarias. Para eso, Net Positive Labs, la empresa que fundó con un inglés y un holandés, se enfoca en la economía circular y regenerativa. “Es una empresa que construye nuevos negocios con un ángulo de sustentabilidad. Con un impacto positivo en el ambiente y en el terreno social”, definió.
“Vivimos en un mundo que tiene la idea de que ser exitoso es crear más, generar más valor. Es el capitalismo llevado al extremo. Tomamos los recursos, los consumimos y los tiramos. La gente que se formó de esta manera y piensa en función del paradigma anterior hoy descubre que hay otra forma de hacerlo”, explicó Gustavo en el programa Pausa que conduce Vivian ‘Lulú’ Mathis. Admitió que el proceso de cambio es complejo.
“Cada vez que hagamos actividades nuevas deben tener un impacto positivo”
Gustavo considera que hoy no alcanza con ir al ‘cero neto de emisiones’, reducirlas o removerlas de la atmósfera. No es suficiente. “Cada vez que hagamos actividades nuevas deben tener un impacto positivo. Y no solo neutro en las emisiones, también deben generar trabajo y cuidar el medioambiente”, destacó.
El experto en innovación admite que la irrupción estelar de la Inteligencia Artificial lo sigue sorprendiendo. Aunque también le da miedo, como todas las cosas que crecen rápido y lo hacen de forma desordenada. En el camino suceden situaciones no deseadas hasta que no se defina una ética para su manejo. “Me preocupa que vayamos muy rápido y no estén las herramientas aún para gestionarlo de manera que genere valor y que no rompa nada. O rompa poco”.
Aunque, claro, también goza de un gran potencial para hacer cosas buenas. Por ejemplo, hoy existen tecnologías para reaccionar ante los efectos del cambio climático. Desde la tecnología para capturar dióxido de carbono del aire a otras que consiguen mineralizarlo y llevarlo a la tierra. “Es que el objetivo es sacar el dióxido de carbono del aire de la atmósfera a otro entorno, como los árboles”, mencionó.
Gustavo está convencido de que la inteligencia artificial puede ser utilizada para proteger el ambiente. De hecho, comentó que “se puede analizar nuestros bosques o la tierra de cultivo con las imágenes satelitales. Y haciendo algoritmos que toman información y son capaces de determinar cuánto carbono está guardando en la tierra en espacio determinado».
El camino elegido en este tramo de su vida le reporta altas satisfacciones. Algo de responsabilidad tienen sus hijos, Lucía y Diego, de 14 y 11. años. Dice que cuando ves a los chicos crecer y te va bien, sentís la necesidad de hacer algo más. Tuvo la compañía de su esposa en un momento en el que sus amigos le preguntaban con insistencia si se había vuelto loco por abandonar el trabajo corporativo y apuntar a una idea que luego se convirtió en Net Positive Labs. El objetivo siempre fue claro y nada menor para el patagónico: acelerar la transformación del sistema hacia un mundo más sostenible.