Seguridad vial infantil: la historia de la fundación que rinde homenaje al piloto uruguayo «Gonchi» Rodríguez

La vida del talentoso piloto Gonzalo “Gonchi” Rodríguez se apagó de forma trágica el 11 de septiembre de 1999 luego de golpear contra una barrera de hormigón en el circuito de Laguna Seca en Monterrey. Con 28 años había conseguido cosechar buena parte de sus sueños y la admiración de tantos uruguayos por su brillante participación en la Fórmula 3000. Su infinita sonrisa quedó tallada en la historia del automovilismo.

Su hermana, María Fernanda -la conocen como Nani- decidió transformar el inmenso dolor que provocó la pérdida en acciones que permitan mejorar la calidad de vida de la sociedad. Creó la fundación Gonzalo Rodríguez que trabaja para promover una movilidad segura de niños y niñas, y así evitar las muertes y lesiones graves por siniestros de tránsito. “Sale del amor, de la pasión, de la admiración”, define convencida.

Gonchi y la alegría por un triunfo
Gonchi y la alegría por un triunfo

Se percibe el orgullo de Nani por los pasos de la fundación. “Antes no se abordaban las distintas formas de movilidad del niño, desde la bicicleta, la moto, el vehículo, el transporte público, como peatón”, comentó y destacó que ahora sí existe, afortunadamente, una mayor conciencia y una mirada integral de la temática.

«Uruguay pierde a un gran deportista y a un muchacho optimista, que siempre estaba en las causas solidarias», dijo conmovido el presidente de Uruguay Julio María Sanguinetti cuando conoció el trágico accidente.

La hermana de Gonchi contó que la misión de la fundación es una forma de agradecer lo que la gente hizo por él. Admite que nunca imaginó que iba a tomar la dimensión que tiene hoy. En Argentina tienen una sede y el trabajo es constante. En Chile los resultados de la intervención son muy inspiradores. “En un año se redujo la cantidad de muertes de niños en un 57 % dentro de los vehículos. Hubo cambios importantes también en Costa Rica, Colombia, y República Dominicana”, destacó.

«Cuando Gonchi falleció, el piloto Juan Pablo Montoya, eterno rival, me trató como su hermana, todos me ayudaron a crear la fundación”, destacó Nani

Nani aclara que esta tarea no la hace como hermana, sino como fanática de Gonchi. “Cuando ganó en Mónaco, en los balcones había gente que lo alentaba, le gritaban y yo iba saludando”, contó y agregó que su hermano le pedía que, por favor, se quedara quieta. “Pareces la reina del carnaval, ¿te podés comportar?”, le decía. Ella se ríe mucho al recordarlo. Cuando Gonchi falleció, el piloto Juan Pablo Montoya, eterno rival, “me trató como su hermana, todos me ayudaron a crear la fundación”.

Las acciones que se llevan adelante siempre se ajustan a la realidad de las zonas del país. Cada provincia tiene que realizar su propio programa con el acompañamiento de la fundación. “Buscamos que el tema sea prioridad de los gobiernos”, aseguró y subrayó: “es que el niño es innegociable”.

Hubo experiencias en Argentina que Nani destaca orgullosa. En Guaymallén, Mendoza, relevaron seis escuelas y lo hicieron con una herramienta que califica con estrellas el nivel de seguridad para los niños y niñas. El intendente de la ciudad Marcelino Iglesias decidió que seis escuelas alcanzaran el máximo puntaje. Luego, 57. Y ahora tienen un plan de obras para 200 establecimientos. “Me impactó el trabajo y queremos que sea la ciudad de las escuelas seguras”, definió.

Para Nani, a la hora de construir una carretera o una escuela, hay que considerar que los niños y niñas se mueven a otra velocidad, tienen otra percepción y no pueden calcular la velocidad y la distancia como nosotros. Mejor calcularlo en el diseño y no hacerlo después de la muerte de un niño, observó.

Nani piensa en Gonchi cuando registra los avances del trabajo de la fundación. “El día que me toque ir arriba, le voy a decir que me metió en un lío”, comentó y volvió a reír. “Trabajé en este proyecto con mucho amor y responsabilidad”, resumió feliz. 

Fotos: Fundación Gonzalo Rodríguez (Facebook) 

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