Ignasi Giró: «La definición que usamos hoy de fracaso es una estafa, una mentira»

Ignasi Giró es un montón de cosas y lo disfruta. Físico, músico, inventor. Y además, se detiene con frecuencia a profundizar en las ideas que nos impulsan, y también en las que nos limitan. 

El catalán es autor del libro ‘Teoría optimista del fracaso: un relato sobre el arte de saber tropezar’. Y desde París habló con Vivian ‘Lulú’ Mathis para su programa radial, Pausa. 

Dijo que el libro surgió de una forma orgánica. Ya tenía artículos, reflexiones, ideas formadas durante años mientras construía proyectos, tropezaba y se levantaba. “Estaba creciendo en mí hasta que una de las fuerzas del empuje feliz provocó que Eva Congil de Köan Libros se contactara conmigo”, dijo. 

Giró cuestiona la idea que tenemos del fracaso

“¿Qué es la fuerza del empuje feliz?…Yo postulo que si te lanzas a hacer cosas aunque no tengas una finalidad clara, si lo compartes al mundo, se activa una fuerza de empuje que hace que pasen cosas inesperadas”, explicó con una sonrisa propia de quién tiene la fórmula corroborada luego de un buen puñado de experiencias vividas. 

Para Ignasi, la definición que usamos hoy de fracaso es una estafa, una mentira. Principalmente porque consideramos un fracaso no hacerse rico, no tener reconocimiento público o no alcanzar un trayecto determinado. Eso -señala- nos deja con muchos ‘fracasados’ porque «lo normal es que no ocurra lo que habías planificado». Ganar más o menos dinero no depende mucho de ti, reflexiona.

Ignasi está convencido de que la vida está pintada de matices, no de blancos y negros. 

En cambio, si un triunfo representa la cantidad de personas que ingresan al lote de queridas o la incorporación de experiencias, conocimiento, “todo es más llevadero”. La teoría optimista del fracaso tiene un fin: juzgarnos de una forma más empática.

Timeless box es la caja para enviar emociones al futuro

En 2013, su nombre e ingenio se difundieron con intensidad en los medios de comunicación cuando se conoció su destacada creación, el Timeless box. Es la caja para enviar emociones al futuro; “tiene una premisa poética”, apuntó y explicó que se programa para que se pueda abrir en un momento determinado. Las historias en torno a la gente que adquirió la caja son muy cálidas, como pedidos de matrimonio, regalos de cumpleaños u obsequios especiales de personas que saben que no vivirán el tiempo suficiente para ver a sus hijos cuando sean mayores. 

Ignasi se irrita ante ideas que están muy incorporadas en nuestra cultura como: “si luchas y luchas llegaras a donde quieras”. Asegura que eso queda muy bonito sólo en un póster. Considera que utilizamos hoy un patrón que pone a la mayoría de la humanidad en el grupo de los ‘fracasados’. 

“Somos una sociedad obsesionada por la productividad. Se habla de crecimiento, de vender más, de conseguir más usuarios. Es una idea que me estresa, me angustia. Que dirán de los tiempos que requiere la naturaleza para que surja una rosa”.

Sabe que lo mejor es intentar mucho y quitarse el miedo de empezar cosas y no terminarlas. También -apunta- hay que saber cuándo involucrarse. Para eso hay una regla muy simple: de las 10 mejores ideas que tengas, “elige una y dedícale tres meses. Si al cabo de ese tiempo no eres capaz de que alguien pueda entenderla o utilizarla, déjala”. 

El autor de Teoría optimista del fracaso deambula por la poesía, la tecnología y una constante batalla para cumplir con las obligaciones de un hombre cualquiera, como pagar las facturas. Dice que las buenas ideas nacen de las conexiones inesperadas. La creatividad tiene que ver con partes del cerebro que -antes de ese encuentro- no se habían vinculado. En ese momento es cuando aparece la magia. 

Cree que hoy no hay grandes ideas. Y en ese sentido, admite que está un poco decepcionado. Sí surgen sorpresas tecnológicas, como la inteligencia artificial. “Me gustaría ver que alguien la use para resolver conflictos humanos porque hacen falta ideas que nos unan”.

Escucha la entrevista en Pausa