Desarrollan colorantes textiles ecológicos a partir de bacterias

Hace un poco más de dos años, Esteban Silva visitó una cooperativa textil cuando estudiaba biología en la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca. El momento coincidía con la búsqueda de cuál podía ser el mejor camino para su profesión.

Visitó el lugar y detecto que existían necesidades insatisfechas. “Primero vi que se usaba mucha agua en el proceso de tintorería. Una buena porción de los colorantes se desperdiciaban. Pasaba la tela por ese baño de agua con tintura y parte terminaba en una pileta al aire libre con los químicos colorantes derivados del petróleo, tóxicos para el humano y contaminantes para el ambiente”, describió y agregó que algunos tardan 50 años en descomponerse.

Esteban admite que no tenía idea de la industria textil hasta esa visita. Investigó y vio que el problema era global y que se había intentado atacar el proceso de tinción de las fibras textiles de distintas formas.

Carola Campanelli, biotecnóloga

Impulsado por esta experiencia, decidió armar un equipo y avanzar. Conoció a Carola Campanelli, biotecnóloga, recibida en la Universidad de San Martín. Y juntos avanzaron en la idea de desarrollar colorantes naturales que no sean tóxicos, ni contaminantes y que requieran menos agua en el proceso de tintorería. Hicieron una investigación de seis meses y vieron que se podía hacer algo interesante. Así nació Protiva bioinks.

«En 24 horas tenes miles de millones de bacterias o de fábricas de colorantes produciendo en un espacio muy pequeño»

“Hoy los colorantes se producen a partir de químicos que derivan del petróleo. Y se usa una gran cantidad. En este caso, nosotros ponemos bacterias en el proceso. Tienen la capacidad natural de producir colorantes”, explicó Esteban y comentó que ellos seleccionan las que sí producen colorantes porque no todas lo hacen.

El próximo paso será convertir el colorante líquido en polvo

Las bacterias se alimentan de materias primas naturales, generalmente derivadas de la industria agropecuaria. Y como parte parte de su ciclo de vida, producen colorantes. “Las bacterias crecen muy rápido. Si las pensas como una fabrica de colorantes, una bacteria se duplica cada 20 minutos. Y en simultaneo produce color. Entonces en 24 horas tenes miles de millones de bacterias o de fábricas de colorantes produciendo en un espacio muy pequeño”, destacó.

El siguiente paso de Protiva bioinks será transformar el colorante líquido en polvo porque es la forma que usa la industria textil.

El objetivo del emprendimiento es optimizar el proceso para una producción a gran escala. Esteban comentó que los colorantes deben cumplir con las exigencias de la industria textil. Y es ese es un trabajo de investigación muy minucioso. “Nosotros buscamos generar un colorante que sea de un costo similar al sintético y que requiera menos agua y químicos”, destacó y mencionó que se trata de un exigente proceso de ingeniería en la producción. En definitiva, consiste en unir dos mundos que no se frecuentan: la biotecnología y la industria textil.