«Sentí que valía la pena intentarlo»: Creó un dispositivo para que familias puedan acceder a agua segura para consumo

Gabriela Delgado está convencida de que la motivación mueve montañas. Ese concepto fue siempre un motor en su vida. Creó, junto a su mamá Marta Patricia Juárez y su hermana María Isabel, el Sistema Filtrante NoBac. Se trata de una alternativa tecnológica para la inclusión social, de uso doméstico y bajo costo. Un dispositivo muy valioso para poblaciones sin acceso a agua de red.

Gabriela inició su formación académica en la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales pero luego de un tiempo la cambió por Bellas Artes. Se graduó como Licenciada en Artes Plásticas y fue docente de talleres de cerámica y artes plásticas.

La falta de acceso a agua para consumo humano es una problemática que afecta a millones de personas. Según cifras oficiales, el acceso al agua potable empeoró en los últimos años en Argentina. El 22% de los 44 millones de habitantes no tiene acceso a la red pública de agua.

“¿Por qué lo hice? Cuando entendí que tenía la posibilidad de hacer algún tipo de acción para mejorar esta situación, sentí que valía la pena intentarlo”, respondió y valoró mucho la oportunidad de contar con un equipo, considerando que ella -por ejemplo- no es científica. “El complemento de profesionales permite enriquecer el proyecto. Es difícil que un proyecto prospere de forma individual y que tenga carácter integral en contextos sociales complejos”, opinó.

La tecnología del Sistema Filtrante NoBac es muy sencilla y accesible. Cuenta con cuatro etapas: filtración, cloración, microfiltración y decloración. “Gracias a este último proceso se consigue que el agua sea de buena calidad organoléptica”, explicó. Y agregó que de esa forma logra adsorber el remanente de cloro libre que queda luego del tratamiento de desinfección. De esta forma se elimina el olor y sabor a cloro.

Acotó que “los insumos están mundialmente probados. La tecnología fue creada a partir de la fusión de elementos existentes, muchos de ellos de uso cotidiano como baldes, bidones, conectores. Y otros específicos como el carbón activado granular de cáscara de coco y las mallas microfiltrantes. Destacó que los costos de su fabricación son bajos, y permiten acceder a agua a un valor de “2 pesos por litro». Durante el primer año se cubre el gasto total del equipo y en los años siguientes solo se requiere la compra de repuestos como ser la carga de carbón, mallas microfiltrantes y agua lavandina.

Si bien el sistema originalmente fue diseñado para brindar agua bacteriológicamente segura, a mediano plazo se planea ampliar su aplicación para la retención de otros contaminantes presentes en el agua como por ejemplo nitratos.

El ensamble de piezas también es simple; por ejemplo, los conectores son piezas roscadas que pueden encontrarse en comercios que venden sanitarios. Es fundamental contar con elementos que cumplan con las normas establecidas en el país (IRAM, ANMAT) para brindar un producto de calidad.

El proyecto incluye además de la tecnología, el dictado de talleres de capacitación teórico prácticos en el armado, uso y monitoreo de los sistemas y buenas practicas sanitarias.

Recientemente en el marco de un proyecto de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP, se llevó adelante una experiencia de capacitación de los sistemas filtrantes, en la comunidad mapuche Catalán, en Aluminé, Neuquén. El próximo paso de NoBac será el desarrollo productivo en el departamento de Hidráulica de la Universidad Nacional de La Plata para la posterior distribución de los sistemas filtrantes en viviendas de pobladores del Gran La Plata.

Gabriela muestra pasión por su proyecto. “No estamos comercializando, es sin fines de lucro”, apuntó. Por eso necesitan colaboraciones para que se la iniciativa se inserte como un programa de fortalecimiento de salud pública.

La idea de trabajar en familia es un incentivo para ella. Este año formalizaron el equipo y la unión provocó que se generaran muchas oportunidades. Una de ellas fue la convocatoria a participar de Emprendé ConCiencia, el programa de la Fundación INVAP y el Ministerio de Desarrollo Productivo de Nación -en alianza con el Grupo San Cristóbal- que potencia emprendimientos que aspiren a resolver de manera innovadora alguna problemática social y/o ambiental a través de la ciencia y tecnología. “Fue un gran impulso”, sintetizó.

La artista plástica está convencida de que hay que trabajar en las causas, es necesario concientizar acerca de la problemática generando acciones concretas, ya que los efectos que tiene el consumo de agua bacteriológicamente contaminada afecta principalmente la salud de los niños menores de 5 años generando casos de malnutrición. Por ejemplo, preparar una mamadera con agua contaminada con bacterias es algo que ocurre diariamente en muchas familias que habitan en situación de vulnerabilidad sanitaria y no tienen acceso a fuentes de agua segura.

El objetivo de Gabriela es claro: una vez fabricados en la Universidad, que estos dispositivos sean distribuidas a los hogares que realmente lo necesitan donde previamente se cuente con análisis de calidad de agua para constatar la presencia de contaminación microbiológica.

Escucha parte de la entrevista en la radio