Barcelona obligará a reutilizar el agua de la ducha en nuevos edificios

Cataluña declaró en febrero la emergencia por falta de agua en Barcelona y 202 municipios. Por eso ha decido avanzar en una legislación que permita ahorrar recursos hídricos. El objetivo es que el agua que se utilice en el momento de la ducha o bañera sirva para la cisterna del inodoro. Se estima que la normativa estará aprobada para fines de este año.

El Ayuntamiento de Barcelona anunció que va a comenzar los trámites para aprobar una nueva ordenanza para el aprovechamiento de aguas grises (OAG) en edificios de nueva construcción y grandes rehabilitaciones. El objetivo es aprovechar el agua que generan estos actos como bañarse o duchar para que, con un sistema de recogida y tratamiento, se pueden recuperar para otros usos.

Según la iniciativa, este aprovechamiento permitirá un “importante ahorro de agua potable, sobre todo en el ámbito doméstico”, con el objetivo de reducir el consumo de agua potable hasta en un 30%.

La normativa incluirá toda la obra nueva y grandes rehabilitaciones de más de 16 viviendas o aquellos que tengan un consumo mínimo de agua al año de 500 metros cúbicos. 

Además, el Ayuntamiento indicó que la inversión en este sistema es “mínima” y se recupera de forma rápida, ya que permite un ahorro de unos 90 euros al año por domicilio en edificios de 16 pisos y de hasta 170 al año por vivienda en edificios con 50 pisos.

En los cálculos que aseguran, explican que el aprovechamiento de las aguas grises ayudará a reducir el consumo de agua potable en el ámbito doméstico, ya que calcula que un hogar de cuatro personas gasta unos 200 litros de aguas grises al día.

Cataluña cuenta con un importante antecedente en esta práctica de ahorro de agua. En la mayoría de las viviendas de Sant Cugat del Vallès, cuando se tira de la cadena no se desperdicia agua potable. La cisterna del váter se llena con lo que desaguan duchas y lavabos.

En una entrevista para El diario.es, la técnica de Sostenibilidad y Medio Ambiente de Sant Cugat , María Oliver, se preguntó: “¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI estemos tirando agua potable al váter? Debería dolernos más”. En su municipio, de 90.000 habitantes, unos 30.000 vecinos, el 30%, viven en fincas con instalaciones de aprovechamiento de lo que se conoce como aguas grises. “De media, esos domicilios suelen ahorrar entre un 30% y un 35% del agua que consumirían”, apuntó.

¿Cómo funciona el reciclado de aguas grises? Las edificaciones adaptadas para este ahorro deben contar con un triple sistema de tuberías separadas. Por un lado, el desagüe de las aguas grises, que las conduce hasta el sótano, donde se suele ubicar el depósito donde se lleva a cabo el proceso de filtrado. Una vez saneada, el agua se bombea de nuevo hacia arriba a todas las viviendas para llenar las cisternas. Y la tercera tubería es la que expulsa las aguas fecales.