René Calpanchay vive en Susques, una localidad de la Puna argentina en el oeste de la provincia de Jujuy. En 2017 decidió provocar un giro importante en su vida. Dejó de ser cacique de su comunidad, Atacama, para convertirse en un empresario consciente.
Pueblos Originales es su creación, una plataforma de desarrollo socio-comunitaria que propone experiencias de turismo receptivo e intercultural. “Se trata de regenerar, no solo el ambiente, también las culturas”, define en una entrevista en programa radial Pausa que conduce Vivian “Lulú” Mathis.
Asegura que como indígenas, viven en el desierto e intentan mostrar al mundo su identidad. “Ya pasó el tiempo de tener miedo, o vergüenza”, comentó y agregó que el objetivo ahora es transformar la diversidad en armonía.
“Todos reconocemos los problemas globales, pero ¿ por qué no hacemos nada?. Porque nos falta sentir”, se respondió. René está convencido de que los cambios se pueden generar cuando las acciones pasan por el tamiz afectivo, por lo emocional. Por eso considerada que debe recuperarse el pensamiento amáutico.
La concepción amáutica es un pensamiento que quiebra el paradigma que justifica el dominio del hombre por sobre la naturaleza. Se lo considera como un modo de transformación de la conciencia del individuo hacia un sentir colectivo y planetario
No fue fácil el camino transitado para convertirse en empresario. Tuvo que renunciar a sus cargos comunitarios que son honoríficos, como el de cacique. Cuando contó su decisión, en su comunidad le dijeron que se había vendido a los gringos. “Ahora, mis detractores trabajan en las experiencias turísticas que genera la empresa”, contó.
René se siente feliz por la realidad que pudo construir en este tiempo con herramientas que incorporó desde su infancia, como la capacidad para administrar. Debían administrar el agua, la alimentación, el oxígeno. También la alegría. El primer par de zapatillas que conoció, unas Flecha, fue a los 12 años. Antes de eso usó siempre las ojotas que se hacen con el cogote de la llama.
“Siempre fui muy feliz por el contacto con mis padres, por vivir en comunidad y por valorar la naturaleza. Con el paso del tiempo perdemos la capacidad de percepción”, reflexionó.
Y ahora es tiempo de voltear mitos. ¿Las empresas solo pueden ser armadas por blancos y los indios solo sirven para abonar la tierra?, se preguntó. Apunta que debemos volver a encontrarnos con el sentir y que el turismo sea una oportunidad de reencuentro.
Pueblos Originales cuenta con un socio inglés. Es que -afirma René- el emprendimiento está abierto a gente del mundo de buen corazón. No evalúan a las personas por el color de la piel. Realizan también asesoramiento a empresas sobre niveles de gobernanza con una lógica basada en el sentido del buen vivir y la armonía.
El emprendimiento es de triple impacto, “y sumamos dos más. Trabajar en forma intercultural para entender la empatía y considerar el impacto espiritual. Eso tiene que ver con las decisiones del corazón que nos van a servir para cambiar”.
“Tengo 60 años y soy muy feliz”, admite René con orgullo y hace una pausa. Durante mucho tiempo debieron estar en silencio como comunidad. Ahora desean compartir saberes ancestrales con el mundo. “Y tenemos que hacerlo rápido para regenerar el daños que hicimos al planeta. Nuestro elemento de complementariedad es el amor, a eso tenemos que volver. Y eso no es nuestro, es patrimonio de la humanidad”.