La historia del ingeniero que recupera residuos plásticos del mar para hacer anteojos 

Martín Vazquez se sintió inconforme cuando cumplía con metas prolijas. Se había recibido de ingeniero industrial y trabajaba en la prestigiosa Techint. Todo parecía encaminado, aunque ese no era su sueño; posiblemente era el de otra persona.

“Estaba muy cómodo en mi lugar de trabajo, pero sentí la necesidad de salir a buscar mi propio camino”, contó el creador de Qualia Eyewear, los anteojos hechos con plástico reciclado.

La iniciativa comenzó en 2016 en su localidad, San Nicolás, en la provincia de Buenos Aires. No fue fácil porque cuando decidió avanzar en el emprendimiento no existían certezas. Fue valioso el apoyo de su familia y amigos.

El primer paso fue educarse en todo lo referido al reciclaje de plástico y educación ambiental en general. Armó máquinas caseras de reciclado en la casa de su padre. Apenas mostró su creación en las redes sociales, recibió montañas de residuo plástico. “En ese momento me planteé la posibilidad de convertirlo en un negocio. Fueron muchas noches sin dormir hasta que tomé la decisión y renuncié a mi trabajo”, recordó.

Desde 2017 a inicios de 2018 se fue alimentando el proceso para cumplir con el objetivo claro de Martín: anteojos de plástico reciclado de alta calidad. Primero vendió en la plataforma Tienda Nube y se encontró con una reacción inmejorable.

Apenas dio sus primeros pasos en el proyecto supo que no podía nutrirse de cualquier plástico, debía ser uno determinado: poliamida (tiene fibra natural y sintética).

“Y en 2021 descubrimos la problemática de la contaminación plástica marina. En la zona de Puerto Pirámide hay una industria pesquera muy importante. Toneladas de redes y cajones de pesca terminan en el agua y con la marea llegan a la costa donde hay pingüinos, lobos marinos, ballenas”, explicó y agregó que en ese momento entendió que podían ayudar con el emprendimiento.

A veces el material es fácil de recolectar y en otras oportunidades es necesario realizar expediciones con embarcaciones para recuperar el plástico. Lo realizan en conjunto con distintas organizaciones que trabajan en el lugar. Luego un camión traslada el material recolectado hasta Buenos Aires donde se clasifica, se lava y tritura. “Y se peletiza, esto significa que se funde el plástico triturado. Se pasa por un colador y un cuchillo lo corta para que se use como materia prima para los anteojos”, detalló.

Qualia Eyewear lleva alrededor de 20.000 kilos de plástico recuperado. Y tiene un programa que denominaron Visión de Cambio en el que incluyen iniciativas de impacto social y ambiental positivo. Martín explica que todos los procesos que se llevan adelante para lograr los anteojos emiten gases de efecto invernadero. “Lo medimos y compensamos con la plantación de árboles”, señaló. Lo hacen junto a la organización Reforestar en Cholila, donde en 2016 se incendió un área de 40.000 hectáreas de bosque nativo.

También se ocupan del acceso a la salud visual de personas que lo necesitan. Organizan viajes con médicos oftalmólogos a zonas rurales y sectores urbanos vulnerados. “Después de la receta, volvemos a San Nicolás, hacemos los anteojos y los entregamos”, explicó y agregó que en Chaco cumplieron con más de 700 consultas. El próximo destino será Cruz del Eje, en Córdoba, donde van a encontrarse con 400 chicos y chicas de comedores. “Trabajar en esto es una alegría muy grande”, admitió.

Martín dice que por momentos no puede creer el camino ya recorrido. Hoy son 7 personas trabajado en Qualia Eyewear y valora que están muy enfocados en el propósito. “Si me comparo con el que trabajaba en Techint, veo un proceso de mucho aprendizaje y crecimiento. Puedo decir que hoy me conozco mucho mejor”.