Por Daniel Pardo
Ulises Rosell es director de cine. Admite que durante muchos años fue reacio a decir cosas como ‘la potencia del amor’ o referirse al valor de los afectos. Pero las cosas cambiaron. En estos tiempos convulsionados y agrios, esas ideas dejaron de ser ‘un lugar común’ para convertirse en el abrigo de la resistencia.
Ulises es el director de Presente Continuo, la película que protagoniza Lisandro, su hijo de 17 años con autismo. “El objetivo fue captar su sensibilidad”, definió y destacó que uno de los puntos centrales del proyecto fue mostrar el vínculo con su madre, la actriz Valentina Bassi.
El instinto de “acá hay una película” siempre lo tuvo. Le llevó tiempo responder al interrogante sobre cuál era el momento correcto y si estaba capacitado para hacerlo sin que el vínculo con su hijo nuble al director.

Ulises la define como una película misteriosa porque cuando terminas de verla te surgen mil preguntas. No solo por el tema del autismo, sino también por cuestiones técnicas de la realización. “Fue darle la posibilidad al público de ponerse en el lugar de Lisandro”, destacó.
Sobre la definición de qué contar, el director admite que estaba seguro que no quería hacer una suerte de tratado sobre el autismo. “Eso es valioso pero yo me dedico al cine y me gusta contar la historia para que la gente se ponga en el lugar del chico autista”, destacó. Más allá de esto, la película tiene momentos en los que se habla seriamente sobre cómo se transforma internamente una familia.
Ulises asegura que su hijo tiene reacciones sorprendentes. Cuenta que en un momento identificó que puede usar la nariz en las pantallas táctiles y eso le divierte. Para, por ejemplo, hacer una búsqueda en Spotify. También usa su nariz para apretar el botón del ascensor. “Cuando veo eso a través de los ojos de otro, entiendo que es insólito”, apuntó.

Recordó también el hábito de Lisandro cuando visitan la casa que tienen en el campo. Se despierta a la madrugada para ser testigo del mágico paso de la noche al día, cuando dejan de cantar los grillos para darle lugar al concierto matinal de pájaros. “Eso lo tengo que filmar”, pensó y también hay escenas menos armoniosas como cuando asiste a una manifestación y entra en pánico. En definitiva, reflexiona, es ver la vida cotidiana desde otra perspectiva.
Sobre el proceso que vivieron con Lisandro, su padre contó que al principio estás muy desorientado. Y la primera devolución siempre tiene la intención de “a ver si no es autista” o que no sea tan grave. Después sucede la aceptación y cómo es la vida que decidís construir.
Dice que Valentina vivió esta etapa mejor que él. Enseguida comenzó a compartir imágenes de Lisandro en redes sociales. “A mí me cuesta volcar mi vida privada ahí. Eso me tomó por sorpresa y me hizo ruido. Después entendí que era porque quería comunicarlo de la manera que yo lo veo a Lisandro. Por eso surgió la película”, contó y la definió como un retrato de él, de la relación con su madre, con su abuela, con un amigo americano.

“Somos un equipo creativo con Valen”, señaló ante la pregunta sobre el rol artístico que tuvo la madre de Lisandro. Además, considera que fue una buena película para mostrar lo que se venía en el campo social. Fue -acota- una reacción muy fuerte ante las políticas que atacaron a las personas con trastornos del espectro autista.
Por eso, para él, existió un resignificado de la palabra ‘amor’ en este contexto político. Dice que siempre esquivó su uso como elemento transformador. Pero ahora las cosas cambiaron. “La resistencia es juntarse desde el amor porque el ataque es tan desproporcionado”, reflexiona y agrega que nunca vio durante la democracia en Argentina que se utilicen los recursos del Estado para “atacar a los más débiles de la sociedad”.
A Ulises le da felicidad que la película le haya gustado tanto a su hijo, el protagonista. Se ubica siempre en el mismo lugar para verla y reacciona de la misma manera ante las escenas que lo movilizan. “Ese fue el premio principal que se llevó la película”, señala orgulloso. Dice que muchas veces piensa cómo pudo crear algo que su hijo disfruta tanto.

El crítico de cine Diego Lerer señaló que Presente Continuo se trata de “un retrato honesto, sincero y fundamentalmente humano que pone el ojo y el corazón en algo que excede a los conceptos de salud o enfermedad. Es, más que cualquier otra cosa, una película sobre el amor”. Ya fue distinguido el prestigioso Premio del Público del BAFICI y el premio a Mejor Largometraje Argentino en el marco del Festival Latinoamericano de Cine Gerardo Vallejo.
Ulises dice que la gente que asiste a las salas para ver Presente Continuo desarrolla luego la intuición para, al menos, acercarse a Lisandro. Un paso importante. “Es una película que me dio algo que no me había dado otra. A veces, el plan más frágil es el más potente”, reflexionó y sonrió porque -seguramente- encontró la mejor síntesis para describir un camino largo, sinuoso y también repleto de amor.