Campesinas peruanas usan técnicas milenarias para garantizar el agua frente a la crisis climática

“¿Cómo me siento? Muy contenta. Sí, muy contenta porque tengo la oportunidad de contar con información sobre un problema mundial y enseñar a los comuneros a recuperar sus costumbres ancestrales. Puedo contarles que el cambio climático es una realidad y que hay que cuidar el recurso hídrico, básico para la subsistencia del ser humano”. 

Esa fue la respuesta segura de Maribel Palomino, líder del proyecto basado en la recuperación de técnicas milenarias que reúne a 80 campesinas peruanas para conservar el recurso hídrico, cada vez más escaso en la región. 

Aclara que la iniciativa nace por los visibles efectos que provoca el cambio climático. Y también por el trabajo del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán que, consciente de esta realidad, comenzó a organizar capacitaciones. Ella ingresó hace 4 años a la organización. 

Las mujeres rurales, empoderadas, que trabajan las huertas familiares observaron que comenzaban los problemas de abastecimiento de agua en los hogares. 

Por lo tanto fue necesario desarrollar una estrategia para atacar el preocupante panorama.  Por ejemplo, se inició la reforestación de los cerros, evaluando la situación en cada distrito. “En mi comunidad hemos reforestado con plantas nativas nuestro cerro, es una zona muy empinada, nada accesible para hacer las cochas”, describió Maribel. 

Las cochas son una de las prácticas ancestrales utilizadas en la agricultura preincaica para captar las aguas de las lluvias que se presentan con mayor frecuencia entre enero y abril. 

Maribel es la presidenta de la Asociación de Productoras Ecológicas de Quispicanchi, APPEQ, un grupo de mujeres rurales dedicadas a la pequeña agricultura familiar. Está a cargo del proyecto y aclara que “no todos creen en la crisis climática, más allá de las consecuencias que vemos. Poco a poco las comunidades van entendiendo el problema”. 

Uno de los objetivos primarios del proyecto es utilizar técnicas milenarias para garantizar el agua en las comunidades. “Es una recuperación lo que estamos haciendo”, apuntó Maribel y explicó que en las cochas se puede trabajar con arcilla, paja y detener así el agua de lluvia en las partes altas. En otras zonas se trabaja con las zanjas de infiltración y también con reservorios. 

Las zanjas de infiltración son excavaciones que se realizan en el terreno en forma de canales y se construyen a curvas de nivel para detener el agua de lluvia y almacenarla para los cultivos. 

80 son las mujeres que trabajan en este programa. Y cada una de ellas tiene entre 10 a 12 alumnos para capacitar sobre estas técnicas. Maribel explicó que, si por algún motivo dejan de formar parte de la iniciativa, tienen el deber de seguir capacitando en sus comunidades. 

Destacó también el compromiso de la organización Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán que hace un seguimiento del trabajo y brinda la oportunidad de intercambiar información sobre el tema. 

“El objetivo es la siembra de agua para que se filtre a través del suelo y subsuelo y, de esta manera, alimente a los acuíferos que dan origen a los manantiales, también llamados ‘ojos de agua’”, explicó Esther Elena Villanueva Díaz, representante del Centro. 

Villanueva Díaz comentó además que el cambio climático está golpeando a las comunidades campesinas por ser dependientes de la agricultura familiar, pero el impacto es diferenciado en mujeres y hombres. Ellas son más afectadas por las discriminaciones que enfrentan y, si no se toman medidas que igualen el terreno, quedarán excluidas de oportunidades. No solo en el acceso al agua sino en la concreción de sus proyectos de vida. 

Maribel es de Muñapata, en la zona altoandina del departamento de Cusco, en Perú. Para ella la tiene un significado muy especial porque su misión se trata de enfrentar la crisis climática, un problema mundial y porque además “somos las mujeres las que tenemos muchas dificultades. Somos las que manejamos el hogar porque nuestros maridos salen a trabajar. Por eso es tan importante capacitarnos para llevar adelante este proyecto…¿Cómo me siento?. Muy contenta”. 

Escucha parte de la entrevista: